lunes, 19 de septiembre de 2011

FRANCIA-Innovación en las vendimias



Gracias a un mapa satelital, los viticultores pueden ahora ver el estado de vegetación (poco desarrollado en morado, medio en rojo y amarillo, elevado en verde) y seleccionar mejor sus uvas.

A un mes de las primeras vendimias en la región de Burdeos, los viticultores estan atentos al cielo y al suelo. Desde hace un par de años, algunos de ellos vigilan su correo con la misma atención. Entre el 15 de julio y el 15 de agosto, según la climatología del año, reciben un CD de imágenes satelitales infrarrojas de su propiedad, tomadas a 800 kilómetros de altura, 15 a 20 días antes del envero, el momento en que la baya cambia de color. “Estas informaciones son muy sorprendentes” dice Patrick Bongard, director de los 14 “Châteaux” de la región de Gironde del grupo Castel, uno de los primeros grupos vitícolas franceses, basado en Blanquefort (Gironde).
Desde hace tres años, Géo-information-services (GIS), una filial del grupo Astrium Services, propone, en partenariat con el Instituto Cooperativo del Vino (ICV)- una cooperación de servicios, consejos técnicos y distribución de productos enológicos-, esta prestación bautizada “Oenoview”.

La idea inicial es sencilla: dar a los propietarios un mapa de su viñedo en la que puedan ver de manera detallada -con una resolución de 2 metros- el estado de vegetación de su viña. “Es una herramienta de ayuda a la decisión y una ventaja en términos de tiempo, explica Jacques Rousseau, responsable de los servicios vitícolas en el grupo ICV. Es interesante para un jefe de explotación, cada ves más solicitado al exterior, de tener una visión global e instantánea de su viñedo, que le permitirá conocerlo en un momento determinado, como si hubiera recorrido sus filas una a una.”
Mejor selección de las bayas
Esta cartografía satelital permite determinar con precisión la heterogeneidad de madurez de la uva en una misma parcela: mientras más el color tiende hacia el verde, más la superficie vegetal será vigorosa e importante; mientras más tiende hacia el rojo y el azul, la vegetación será menos desarrollada. Desde esta observación, el jefe de explotación puede sacar sus conclusiones, comenzando por las fechas más óptimas para la vendimia.

“Para varios de nuestros “châteaux”, pensábamos que las parcelas eran homogéneas. Sin embargo, no es el caso, indica Patrick Bongard, utilizador de Oenoview desde el 2009. Es así que decidimos no vendimiar ciertas zonas junto con otras, para sacar solamente la uva más madura posible.” Finalmente, para cada Château, una mejor selección de las bayas permitió poner el 20% de la producción en primer vino, el de mejor calidad y el más caro de una propiedad.

Pasa lo mismo en Fieuzal, “Grand cru” clasificado de Pesca-Léognan, primer viñedo de Gironde ha haber probado el sistema. “Este me ayuda a seleccionar mejor mis uvas y, en particular, en una misma parcela, a cosechar lotes diferentes en momentos diferentes, explica Stephen Carrier, su gerente. Puedo también definir mejor la textura de mis vinos.” La nueva bodega construida este año hasta tiene barricas en función de sus lotes y ya no en función de las parcelas, como es generalmente el caso.

Estos mapas permiten también establecer o confirmar hipótesis sobre eventuales problemas agronómicos: viñas que envejecen, suelo pobre, utilización exagerada de productos fitosanitarios, zonas con problemas hídricos… Según los consejos de ICV, el sistema puede animar el explotador a modificar sus prácticas culturales. “Todas las propiedades vieron sus vinificaciones evolucionar, asegura Patrick Bongard. El principio se basa en la madurez de taninos: todas las barricas resultantes de las parcelas o parte de parcelas que aparecen en amarillo o en rojo en el mapa son vinificadas privilegiando el tanino, aunque las cubas resultantes de las parcelas verde claro a verde oscuro son vinificadas privilegiando la fruta, ya que sino a la estructura del tanino le faltaría elegancia”. En estos mismos viñedos,
se redujo en un 20% el uso de productos fitosanitarios.
Estos mapas serán así informaciones para las generaciones futuras. “Esto permite dejar una huella. Antes, bajo pretexto de secreto, los propietarios se creían guardias del templo y nos decíamos, solamente de manera oral, si tal o tal parcela era buena o mala”, cuenta Stephen Carrier, quién sufrió de esta falta de información a su llegada, en 2007, en Fieuzal.

Desde la comercialización de Oenoview, se fotografian cada año unas 6.000 hectáreas de viñedos para la cuenta de una cincuentena de clientes, esencialmente en el Sur de Francia. Les cuesta 70 euros por hectárea: “una “gotita de agua” en la explotación de un viñedo, siendo el retorno sobre la inversión muy rápido. Una red de consejo en cuanto al uso del sistema acaba de instalarse en la región de Bordeaux a través de 6 centros enológicos. En Grecia, Marruecos y Japón, se están realizando tests para integrar la innovación en los viñedos nacionales.

Sin embargo, satélites y cartografías no hacen todo. “No queremos hacer creer que es posible gestionar su viña a partir de un computador o hasta de una herramienta como esta, admite Jacques Rousseau. La expertise humana sigue siendo imprescindible.”

Fuente : Lemonde.fr, 06/08/2011  http://www.camarafrancochilena.cl/publicaciones/boletin-en-espanol/francia-innovacion-en-las-vendimias.html

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