sábado, 26 de noviembre de 2011

La RUTA DEL VINO

 

Descubre este territorio amurallado por la sierra y enriquecido por las nubes del Pacífico. Despierta tus sentidos a lo largo de la carretera número 3 Tecate-Ensenada y recorre los valles enverdecidos de los plantíos de la vid.

L.A. CETTO



Es uno de los viñedos más grandes del Valle de Guadalupe. L. A. Cetto es el resultado de la dedicación de tres generaciones, desde que Don Angelo Cetto llegó de Italia en 1926 y comenzó a elaborar vinos en Tijuana y Tecate. Posteriormente su hijo, Luis Agustín Cetto, consolidó la producción de vinos en el Valle de Guadalupe y más tarde Luis Alberto Cetto se unió como parte de la tercera generación en la tradición de la producción de vinos de la familia.

En sus viñedos, distribuidos a lo largo de 1000 hectáreas, podrás ser testigo de la producción del vino, actividad que le ha dado reconocimiento mundial, a través de un recorrido por sus instalaciones, prueba de una gran casa que ha evolucionado a través de los años y ha apostado por la mejor tecnología para la producción de sus vinos y por mantener la calidad que los identifica, desde el momento en que se obtiene la uva y se selecciona, hasta que se embotella.

Km 73.5 carretera federal núm. 3 Tecate-Ensenada
Tels. (646) 155 2179 / 2264
www.lacetto.com


EMEVE

Los vinos artesanales son característicos de esta casa enológica cuyo enfoque tradicional permanece plasmado en cada uno de sus productos.

En Emeve, nombre en honor a las iniciales de su fundador Mario Villareal, podrás conocer un poco sobre los varietales plantados en los campos de uva. Ahí, también te explicarán de manera instructiva la forma de identificarlas según la forma de sus hojas y sus racimos para después adentrarte en la cava donde te platicarán un poco sobre los tipos de barricas que utilizan y su importancia en el proceso de vinificación. En la bodega de fermentación podrás probar Armonía, uno de los vinos representativos de Emeve, y por último cerrarás tu recorrido con la cata del vino principal de esta casa: Nietos, una mezcla bordalesa con la que sin duda, aprenderás que cada detalle importa en la producción de un vino, y te darás cuenta de la calidad y la diversidad de sabores que puede contener una copa de cristal.

Parcela No. 67 Ejido El Porvenir, El Porvenir, Baja California.
Tel. (664) 684 0109 (ext.114)
www.vinicolaemeve.com


QUINTA MONASTERIO


El recorrido dentro de esta casa productora puede comenzar en los viñedos, o  en la mesa compartiendo una carne asada a la sombra de un árbol frondoso, con Reynaldo Rodríguez, enólogo y propietario, quien te platicará a ti y a tus acompañantes, el proceso particular de la producción de sus vinos que, dicho sea de paso, son elaborados a la antigua usanza y combinando alta tecnología enológica. Sin embargo, el acercamiento a la vitivinicultura se enriquece todavía más en este viñedo, cuando la época de vendimia, durante el mes de agosto, está en su apogeo, y es entonces cuando chicos y grandes son partícipes de la producción en la etapa inicial, durante la selección de la uva que más adelante se convertirá en vino.

Al final, Quinta Monasterio no es la excepción, en su bar, Reynaldo te enseñará a catar uno de los vinos Premium que elabora para identificar los olores y sabores que este puede contener.

Carretera federal núm. 3 Tecate-Ensenada,
Parcela 12, Ejido El Porvenir,
Tels. (686) 565 1335 / 151 3005
Previa cita.



BARÓN BALCH´E

Según la tradición maya, en sus antiguas ceremonias y rituales, siempre se acostumbraba brindar con balché, una bebida en especial para situaciones representativas y que ahora como vocablo maya, forma parte de la casa Barón Balch´e.

Su línea Premium de vinos de Balch´e Cero a Balch´e Siete, es una de las que identifica a este viñedo y asocia la identidad mexicana con los vinos. Puedes probarlos en la cava subterránea mientras el enólogo te enseña a catarlos o puedes adquirirlos en su tienda.
Para llegar del poblado Francisco Zarco, debes tomar el camino principal, dar vuelta a la derecha y seguir señalamientos.

Tels. (646) 155 2141 y 111 1456
         (664) 680 2704
info@baronbalche.com
www.baronbalche.com
Previa cita.


MOGOR


Los amplios campos de Mogor Badán (también conocido con este nombre) te invitan a pasear durante la tarde en la puesta de sol en compañía de las personas que más quieres. En este viñedo, puedes experimentar la calma que brinda el paisaje de los campos cultivados de la vid combinados con el cielo bicolor, azul tornándose naranja, en una mesa de campo.
Lo recomendable para este viñedo, es organizar una visita a las cavas acompañado de Natalia Badán, propietaria, y el enólogo Alberto Rubio, quienes te mostrarán la forma de producción de sus principales vinos, Mogor Badán y Chasselas del Mogor. Ellos te contarán un poco de la historia de los inicios de este viñedo, fundado por Antonio Badán, hermano de Natalia.
Después, puedes aprovechar la tarde para realizar un pequeño día de campo con algunos bocadillos, por supuesto acompañados de uno de los vinos elaborados en esta casa productora. Natalia Badán recomienda acompañar Mogor Badán con un poco de chocolate amargo.

Km 83.5 carretera Tecate-Ensenada, Valle de Guadalupe.
Tel. (646) 177 1484
cavasdelmogor@gmail.com
Previa cita.


HACIENDA LA LOMITA

Su arquitectura plasmada con creatividad contemporánea está pensada para brindar una imagen diferente que armoniza con el concepto de sus dos vinos: Sacro y Pagano, el primero de cabernet sauvignon y merlot, y el segundo de grenache.

Su bar, con vista a la cava a través del suelo, es idóneo para pasarla con los amigos por su ambiente juvenil y vanguardista. La cava a su vez, cuenta con los requisitos necesarios para la fermentación del vino dentro de las barricas sin dejar de lado el estilo agregado por las luces tenues que tornan su color a rojo, amarillo, verde y azul.

Se ubica en la Comunidad de San Marcos, Fraccionamiento 13, en San Antonio de las Minas. De la carretera federal núm. 3 Tecate-Ensenada, tomar el camino a El Tigre y seguir los señalamientos hasta llegar a la vinícola.

Tel. (664) 687 5643
informes@haciendalalomita.com
haciendalalomita@gmail.com
www.haciendalalomita.com

VIÑA DE LICEAGA



En caso de que hayas olvidado adquirir un vino particular de otros viñedos, puedes encontrarlo en Viña de Liceaga, que se localiza en San Antonio de las Minas, cerca del extremo sur de la carretera núm. 3. Sin embargo, tampoco puedes privar a tu paladar de probar los vinos jóvenes que elabora esta casa enológica, algunos de los cuales han sido acreedores de premios internacionales que han puesto a México dentro de la competencia mundial como el vino “L”, en honor al apellido Liceaga y homenaje a Eduardo Liceaga, fundador de esta vinícola.

Disfruta de sus campos sembrados con Merlot y Cabernet Franc, o de un evento especial en sus instalaciones pensadas a la medida para pasar una velada muy agradable con el cobijo de los encinos y la luz de la Luna.

Km 93 carretera Tecate-Ensenada, San Antonio de las Minas, Baja Califiornia.
Tels.
(646) 156 5313 y 178 2922 Oficina
(646) 155 3093 Vinícola
info@vinosliceaga.com
www.vinosliceaga.com
Previa cita.


XECUÉ


El comienzo de un vino está en la dedicación invertida en cada uno de los de los detalles. Este es un viñedo joven que comenzó por iniciativa de José Luis Hernández y su esposa Alberta Ceja, donde podrás darte cuenta que los primeros pasos que recorre un viñedo son de vital importancia para que la cosecha y por consiguiente el vino, sean de alta calidad.

De manera similar a varias casas productoras en la Ruta del Vino, Xecué tiene un enfoque orgánico y sustentable, que refleja la valoración que sus habitantes le dan a los recursos naturales tan escasos en el desierto. Aprende cómo se establece un viñedo, el equipo necesario, los cuidados, los sistemas óptimos para la naturaleza y finalmente saborea uno de sus vinos elaborados a base de Merlot y Cabernet Sauvingnon.

Rancho Chivatillo
Km 89.1 carretera federal núm. 3 Tecate-Ensenada,
San Antonio de las Minas.
Tels. (646) 117 0548 / 3830
aceja@xecue.com, ventas@xecue.com
Previa cita

 


http://www.mexicodesconocido.com.mx/ruta-del-vino.html

EL CAFÉ. Los poetas lo han llamado “el néctar negro de los sueños blancos”


Foto: Mauricio Ramos
Degustación de café en la Finca Las Nieves, Oaxaca.
Por: Concepción Peralta

Los poetas lo han llamado “el néctar negro de los sueños blancos”. Como bebida o como grano, el café siempre ha estado en los grandes acontecimientos de nuestra historia. ¡Saborea una rica taza!

Por la mañana, tarde o noche, en lo doméstico, local, nacional o global, el café entrecruza destinos, labores y actitudes. Bebida de cuantas etnias o razas hay en el mundo, todos tomadores de café... Si al café no le tocó ser el “néctar de los dioses”, es sin duda, “el elíxir de todos los hombres”.
De los granos del café dependen más de tres millones de mexicanos involucrados en las actividades de siembra y cosecha. Es el 6° fruto agrícola de mayor exportación y México pelea a diario por la primacía en el mundo con Brasil, Colombia, Vietnam, Etiopía, Guatemala, Honduras, Uganda e Indonesia.
Procedente de un arbusto nacido en Abisinia (hoy Etiopía) y no en Arabia como comúnmente se cree, la planta fue descubierta por azar en el año 1140. Dice la leyenda que un pastor llamado Kaldi, intrigado ante el extraño comportamiento de sus cabras, probó los granos del arbusto con que su rebaño parecía deleitarse; loco de contento, salió a dar cuenta del descubrimiento a los monjes de un convento cercano. Ahí preparó un brebaje que el superior arrojó a la hoguera por su mal sabor; sin embargo, al quemarse, los granos despidieron un aroma sublime que les dio la idea de preparar una infusión.
Al llegar a América, alrededor de 1720, el café dejó rápidamente de ser un elemento exótico; la planta se fue adaptando a las condiciones de selvas y bosques de América, desplazando incluso al cacao. Se introdujo a la región mexicana de Córdoba (Veracruz) en 1796, procedente de la isla de Cuba.
Las fincas cafetaleras en México han pasado por tres periodos. Desde su formación hasta que fueron intervenidas en 1942 por el Estado a raíz de la Segunda Guerra Mundial, con una gran productividad pero altos costos sociales. La segunda etapa (entre 1942-1950) estuvo bajo la tutela del Gobierno federal, con un descuido en las formas productivas; por último, cuando en la década de los cincuenta las propiedades fueron devueltas a los particulares.
La Revolución, el agrarismo cardenista y la fiebre cafetalera desatada por el auge internacional de los precios en el quinto decenio dieron lugar al surgimiento de un importante número de pequeños y medianos ejidatarios. Actualmente existen más de 282 mil productores repartidos en doce estados de la República: Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla, Guerrero, Colima, San Luis Potosí, Jalisco, Hidalgo, Querétaro, Nayarit y Tabasco.
Para mayo y junio, el paisaje de los campos de café se llena de cientos de campesinos que inician la siembra para que la planta esté bien establecida durante el invierno y no le afecten las bajas temperaturas. Es entonces cuando los pueblos cafetaleros se tornan mosaicos de diversidad cultural, ya que de las 54 comunidades indígenas de la República, 27 tienen relación con esta actividad: amuzgos, coras, chatinos, chinantecos, chontales, choles, huicholes, ixcatecos, jacaltecos, mames.. También mazatecos, mixes, mixtecos, motozintlecos, nahuas, otomíes, popolucas, teneks, tepehuas, tlapanecos, tojolobales, totonacas, triquis, tzeltales, tzotziles, zapotecos y zoques.

Para conoer el café se necesitan dos vidas

El café es un producto de mucho riesgo, de sumos cuidados, de buena suerte y de beneplácito de la naturaleza. “El café puede ser un placer para quien lo toma, pero también una pesadilla para quien lo cultiva, un inestable pero lucrativo negocio para quien lo comercializa y una fuente de riqueza y poder para quien controla su transformación...” dice un finquero, y dice bien.
Para obtener una taza humeante de exquisito café, el cultivo tarda de 4 a 5 años en producir su fruto. La cereza del café se corta de manera manual y una por una. Después se lleva a “despulpar” en el “beneficiadero”; esto significa quitar la pulpa a la cereza y todo rastro de la fermentación. Viene después el “secado”, que es también sumamente importante en el proceso de obtención del café.
En México este último proceso generalmente se lleva a cabo en asoleaderos que se extienden en los patios, un proceso natural con el sol del día. El secado tarda de 4 a 5 días pero con maquinaria éste se afecta en 30 horas. Así es como se llega al café de “pergamino”, o de “almendra”, que es su capa protectora, donde se mantiene con un 12% de humedad y se puede guardar seco durante semanas, meses o hasta un año en el beneficiadero sin deterioro de su calidad.

Café "lavado" o café de altura

Pocas figuras son tan vitales para el medio como el catador; un “clásico” en el mundo del café. Se trata de una persona con una especial capacidad sensorial organoléptica para determinar la calidad del grano. Está capacitada para controlar el proceso industrial en el beneficiado húmedo y seco y el adecuado almacenamiento para su correcta conservación. Podríamos asegurar que es la persona que más sabe de café, incluido el dueño de los granos. Con la agudeza de sus sentidos determina la clasificación de los cafés.
Existen dos tipos básicos de plantas cultivadas en México: la arábica y la robusta. La primera se da a una altura de 500 a 2 mil msnm; su contenido de cafeína es de 1.5% y su sabor es suave. La robusta es más resistente a las plagas, contiene 2.5% de cafeína y su sabor es más bien áspero. A su vez los cafés lavados se subdividen en “suaves colombianos” (Colombia, Kenia y Tanzania) y “otros suaves” (América Central, India, México y Nueva Guinea), entre varios.
A la hora de seleccionar un café podemos elegir entre un “bueno lavado”, “prima lavado” o “de altura”. El primero es el café de exportación; se produce a poca altura y su calidad se distingue por el suave sabor, aroma delicado, acidez ligera y poco cuerpo.
El “prima lavado”, se da en una zona de altura media; su sabor y aroma son agradables, buena acidez y buen cuerpo. Éste puede ser el café estándar que se cosecha en nuestro país, siendo su producción de un 80%. El “de altura”, corresponde al recolectado en regiones de más de 950 msnm y se distingue por un aroma exquisito y un sabor incomparable. Es el de mejor calidad y se le conoce entre algunos expertos como café “estrictamente altura” o “fancy”. Su aroma es fuerte y grato y tiene mucho cuerpo.

El mito del café "gourmet"

El café de excelente calidad, supremo, es igual a un café “gourmet”. Sin embargo, además de lo anterior, para obtener un buen café de esa categoría hace falta, sobre todo, una gran estrategia de mercadotecnia, ejemplo de ello son los países tercermundistas, principales productores de café que una vez que éstos son tocados por la estrategia publicitaria, su fama se hace mundial.
El café de Tapachula o el de Pluma Hidalgo, bien se puede comparar con los mejores del mundo, como el de Jamaica. Sin embargo un cuarto del famoso “blue mountain”, el mejor cotizado en las boutiques o factorías de café, se vende en 1500 pesos, mientras que el de Tapachula, “de igual o mejor calidad” vale 1350 pesos el kilo”. Tal vez el mejor café existente en México es el de Coatepec, el cual tostado y molido no excede de los 80 pesos por kilo.

Café oro azteca y orgánico

Otro caso de renombre para el café mexicano es el café denominado orgánico. Tiene como fin la sustentabilidad del ecosistema. Esta lógica guarda estrecha relación con el manejo armónico de la tierra que los pueblos indios han realizado desde tiempos antiguos. México es el primer productor de café orgánico en el mundo y es pionero en la cafeticultura orgánica.
El cuidado en el cultivo y el beneficiado y las bondades de un café sin contaminantes ameritan un consumidor consciente y un sobreprecio en el mercado. Este café es demandado principalmente por los consumidores europeos y los granos orgánicos se expenden generalmente en tiendas naturistas de las principales ciudades del Viejo Continente. La característica distintiva es que los cafetos se fertilizan con materiales orgánicos preparados mediante compostas y no se aplican insumos químicos.
En 1967 se obtuvo la primera certificación de producción orgánica. Más de 20 fincas cosecharon este tipo de café y a partir de los ochenta comenzó su auge como una estrategia productiva auspiciada por organizaciones no gubernamentales.
La cafeticultura mexicana se encuentra en proceso de cambio paulatino en las clases cultivadas así como en su superficie. Sin embargo, todas las variedades de la arábica en el país son susceptibles al ataque de la roya anaranjada. El INIFAP (Instituo Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias) logró crear la nueva variedad de café “oro azteca”, primera obtenida en México después de 15 años de investigación. Se caracteriza por su amplio rango de adaptación, resistencia a la roya anaranjada, alta calidad de taza y rendimientos medios de 32 a 45 quintales de café por hectárea.
Anualmente la cafeticultura sufre pérdidas considerables debido a problemas fitosanitarios, como la roya, enfermedad más importante del cafeto. En nuestro territorio se convive con ésta desde 1981: se trata de un hongo que ataca únicamente a las hojas pero su habilidad devastadora puede provocar la defoliación total de las plantas y arrasar con la cosecha.

Denominación de origen al "café pluma"

El "café pluma" es la variedad mexicana de mayor reconocimiento internacional. Se reconoce por su aroma penetrante y distinguido que da una de las tazas más elegantes del mundo. La calidad de la tierra y las condiciones ecológicas de la cuenca del río Copalita permiten un cultivo óptimo, con sombra natural, mínima utilización de agroquímicos y lavado cuidadoso.
El cultivo del café establece una relación entre altitud y latitud. La brisa marina de la costa cercana contribuye al nivel cualitativo de esta variedad, en beneficio de los agricultores mexicanos. Aunque su cosecha es manual y con técnicas de siembra primitivas, en la zona se cuenta con un sinnúmero de manantiales, lo cual permite que cada productor realice el proceso húmedo en su propio rancho.
La zona productora de “café pluma” abarca 50 mil hectáreas por la cuenca del río Copalita en los municipios de Pluma Hidalgo, Candelaria, Loxicha, Santa María Huatulco, San Miguel del Puerto, San Mateo Piñas, Pochutla y Xanica. Pluma Hidalgo se localiza a 120 km de Oaxaca, rumbo a Puerto Escondido, cerca de Pochutla, a 900 msnm; sus enormes fincas lo han hecho ser un centro de atracción turística.
Hoy en día el café pluma aún busca la denominación de origen, el cual otorga el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
¿Has probado alguna de las variedades del café mexicano? ¿Cuál te gusta más?

http://www.mexicodesconocido.com.mx/un-buen-cafe...el-mexicano.html