jueves, 5 de julio de 2012

Vinos orgánicos

vino
 

Los cambios de la alimentación occidental y la inercia de la globalización han generado una nueva tendencia en la producción vinícola. Los vinos orgánicos aparecen como una alternativa más en el universo enológico, aunque detrás de ellos se haya levantado una ola de escepticismo. Sin embargo, todo amante del vino debería probarlos y sacar sus propias conclusiones.


Lo mejor del mundo del vino es que hay una opción para cada gusto, persona, bolsillo y estilo de vida. En el caso de los vinos orgánicos, es importante conocer su concepto para forjarse una opinión; son vinos con personalidad, con estructura, e incluso algunos alcanzan gran complejidad.

Definidos por algunos como vinos ecológicos, buscan proteger al ambiente durante su producción. La uva se cultiva con técnicas no contaminantes que evitan el empleo de sustancias inorgánicas, como nitratos y fosfatos de origen sintético.

Los viñedos son tratados cada año con abonos para enriquecer el suelo. Los productores de vinos orgánicos optan por compostas preparadas especialmente para nutrir el terreno, y si alguna plaga afecta a la planta, se trata con elementos biodegradables que reduzcan el impacto ambiental y alteren lo menos posible a la planta.

Durante el proceso de elaboración de los vinos orgánicos, la fermentación se realiza utilizando levaduras nativas de cada variedad de uva. Lo más importante es que en estos jugos en fermentación varía la cantidad añadida de anhídrido sulfuroso; en la vinificación no orgánica la adición de dichas sustancias es muy común, ya que funcionan como antioxidante para los vinos.

Por Ricardo Espíndola
Mayo 2012
REVISTA INDIE FOOD

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