lunes, 12 de marzo de 2012

Reportaje de Rainer Ehlert: Elaboración del Mezcal Artesanal

Elaboración del Mezcal Artesanal
Fotografía y Texto: Rainer Ehlert
A continuación le presentaremos en un reportaje fotográfico la elaboración de esta bebida tan típica de México. El Mezcal es producto de la fermentación del corazón de la planta de Agave o maguey, como se le llama a esta planta en México.
 
 
Como se puede apreciar en esta foto el corazón del maguey ha sido cortado. Esto tiene dos fines, primero fomentar de que la planta acumule más agua en su centro y segundo producir esquejes para la multiplicación de la misma. Los esquejes se plantan en la cercanía y serán las plantas para el futuro y así tener materia prima para el Mezcal de mañana.
Un Maguey cortado así lo llaman también "El Castrado". Después de haber crecido hasta 8 ó 9 años, se le cortan las pencas obteniendo "La Piña". Estas pueden llegar a pesar hasta 150kg.
En las siguientes fotografías se puede apreciar el trabajo de "La Carga". Las Piñas distribuidas por el campo son recolectadas por los cargadores que las llevan en su cabeza hasta el camión de carga.
Este trabajo lo llaman entre ellos "La Carga".
Se necesitan hasta cuatro cargadores para levantar una de las Piñas y colocarla en la cabeza de los cargadores.

 

 
En pleno caminar un poco antes de llegar al camión de carga ellos de un jalón avientan la Piña dentro de la plataforma en donde compañeros de ellos se encargan de acomodar las Piñas de tal manera de que se pueda cargar la mayor cantidad posible de estas.
 
 
Arriba se puede apreciar la descarga del camión. Inmediatamente después se empieza a cortar en cuartos las Piñas. A esto se le llama "La Descuartizada". Estos cuartos de Piña se cargan a los así llamados "Cajones" por la abertura redonda en el techo del edificio que aloja los Cajones.
Al estar cargados los cajones a su máxima capacidad estos se sellan en la parte superior y en las puertas por donde posteriormente se descargará el maguey cocido.
Foto de la Caldera en la cuál se produce el vapor para la cocción del maguey.
Esta es una vista aérea de una antigua fábrica de Mezcal que aún produce Mezcal Artesanal y en la cuál tuvimos la oportunidad de aprender el proceso completo de la elaboración de Mezcal.
Como dicho anteriormente el maguey se cuece por 72 horas en Los Cajones. Se saca de los mismos y se coloca en los molinos de piedra.
En ésta toma se aprecian dos Molinos. Uno antiguo y el otro moderno. En el lado inferior izquierdo se ve el maguey cocido y en el derecho la leña para la Caldera. En el medio se ve el Molino antiguo y en la arte superior izquierda el Molino moderno.
Antiguamente la piedra del Molino se jalaba mediante dos bueyes.
Aquí se le va dando vuelta a la piedra y se hace pasar varias veces por encima del maguey cocido. Hoy en día se utiliza un tractor que hace girar la piedra.

 
El Molino moderno gira por un eje central es cuál es accionado por un motor eléctrico.
El jugo que sale mediante la presión de la piedra del molino va hacia las tinas de fermentación por un sistema de canales subterráneos. El jugo se deja reposar durante 24 horas, para su fermentación, antes de bombearlo al Alambique.
El proceso de destilación se hace mediante un antiguo Alambique de cobre calentado mediante vapor. Del Alambique se pasa el alcohol en forma de vapor al serpentín, el cual es enfriádo en una tina de agua fría para lugo pasar a ser recolectado en tambores.
Al empezar la destilación el Mezcal tiene un porcentaje de Alcohol de aprox. 80% y al terminar un 15%. La capacidad del alambique es exactamente la cantidad de una tina de fermentación. El Mezcal destilado es vaciado en barricas de roble blanco para su reposo.
 

Museo Provincial del Vino. Ribera del Duero

Museo del Vino
Castillo de Peñafiel
Museo Provincial del Vino
Museo Provincial del Vino
Castillo de Peñafiel
Cualquier amante del vino y de la vasta cultura que siglos de historia han entretejido en torno a él, debe incluir en su hoja de ruta el Museo Provincial del Vino. Además de constituir una sugerente propuesta museística, se ha convertido, desde su fundación, en el eje sobre el que bascula todo el turismo enológico de la provincia. Ubicado en el majestuoso castillo de Peñafiel, en el corazón de la Ribera del Duero, se ha erigido en emblemática seña de identidad de la comarca y baluarte de la difusión del rico legado de la viticultura vallisoletana.

Los orígenes del castillo se remontan al siglo IX, si bien su aspecto actual es producto de las importantes intervenciones que tuvieron lugar durante los siglos XIV y XV. Su localización estratégica que le permite dominar visualmente los valles del Duero y del Duratón, le convirtió en uno de los bastiones de la defensa del valle del Duero durante la Reconquista. Hoy este emplazamiento privilegiado nos regala espléndidas vistas sobre la comarca.

Su singular arquitectura -característica de los castillos roqueros- se adapta a la configuración del cerro a lo largo de más de 200 metros de largo, ofreciendo, hacia el Norte, un agudo ángulo, que le confiere el aspecto de un gigantesco navío, efecto que se acentúa poderosamente aquellos días en los que la niebla parece formar un océano a sus pies.

El Museo Provincial del Vino fue promovido en 1999 por la Diputación de Valladolid, con el fin de dar a conocer la riqueza enológica de la provincia que aglutina mayor número de denominaciones de origen de España: actualmente cinco, con la reciente incorporación de la D.O. Tierra de León, que viene a sumarse a Ribera del Duero, Cigales, Toro y Rueda, que es por cierto la Denominación de Origen más antigua de Castilla y León-. A ellas se añade la mención de calidad Vinos de la Tierra de Castilla y León, bajo la cual se elaboran excelentes vinos en nuestra provincia. El singular espacio museístico cumple también el objetivo de promover el conocimiento, a través del mundo del vino, de la provincia de Valladolid en sus aspectos culturales y geográficos, pues el enoturismo tiene la virtud de vertebrar todos los recursos: paisaje y naturaleza, patrimonio artístico, artesanía, ocio y deporte, fiestas y tradiciones, y, por su puesto, gastronomía.
La acertada intervención arquitectónica en el castillo para crear las instalaciones del Museo, permite hoy al visitante asomarse a los entresijos de la larga y compleja elaboración del vino. Con un atractivo planteamiento expositivo que capta el interés de legos y doctos, recorre, a lo largo de nueve amenas secciones, la historia, los procedimientos, los tipos de prensas utilizados, las herramientas, los útiles de medida, las botellas, la cata. Cuenta además con otras dependencias que multiplican sus posibilidades, como la sala de catas profesional, la biblioteca, la tienda o el salón de actos.

Además, en su afán de convertirse en un "intercambiador" de cultura vitivinícola, despliega una fascinante paleta de actividades que se adaptan también a los diversos intereses del público: desde catas dirigidas todos los fines de semana hasta las catas maridadas con alimentos de Castilla y León impartidas por expertos sumilleres (Vinos.con); además de ofrecer cursos de cata para profesionales o para aquellos que quieran iniciarse durante un fin de semana (Wine Weekend). Incluso se ofertan divertidos talleres para escolares, como " El juego de los sentidos".

La filosofía del proyecto, contempla también el diálogo con otras regiones vitivinícolas del mundo: Vinus Mundi es un programa abierto que nos permite asomarnos a ellas a través de exposiciones, catas dirigidas, conciertos, completando una oferta atractiva y dinámica.

EL CASTILLO DE PEÑAFIEL

Sus orígenes se remontan al siglo X, pero es en el siglo XIV cuando el Infante Don Juan Manuel, ilustre personaje y Señor de Peñafiel, lo reedifica. El aspecto actual lo debemos a Don Pedro Téllez Girón, quien lo levanta ya en el siglo XV.

De planta alargada, se le compara con un navío anclado en la meseta castellana. En el centro se alza la Torre del Homenaje, mirador privilegiado de las riberas del Duero y Duratón, del valle del Botijas, de viñedos y pinares.

Declarado Monumento Histórico Nacional en 1917.

Llegó 'Milagro',un tequila de lujo al país

Botella Tequila

Tequila proveniente de México llega a Colombia para deleitar paladar de fanáticos de esta bebida.

Un agave de cristal forjado por artesanos mexicanos dentro de una botella es el sello más visible de Tequila Milagro Barrica Selecta, de edición limitada, de reciente estreno en el país.

Estas botellas de tequila premium llegan a Colombia después de 15 años de experiencia en México.
En sus comienzos, Tequila Milagro quiso "producir un destilado suave que no agrediera alcohólicamente, que no raspara el paladar ni tuviera sabor ahumado característico de otros tequilas -comenta Samuel Ayala, embajador de la marca-.

Deseábamos encontrar un tequila con aromas complejos y sabores sutiles para paladares exigentes".
Así, elaboraron sus destilados -en Colombia hay dos referencias: Barrica Selecta y Reposado- con agave azul de los altos de Jalisco, como materia prima exclusiva.

Al probarlo, en el primero se perciben notas de pimienta y roble y una sutil sugerencia de caramelo. Se consigue en tiendas especializadas como Vitis, Sibaris y Arflina, entre otras, por cerca de 145.000 pesos.

Ayala afirma que "por su suavidad incomparable y complejidad, la mejor recomendación es tomarla sola a una temperatura no mayor de 15 grados".

Por otro lado, la Milagro Reposado, de botella rosada, tiene aroma de azúcar de caña y en su sabor prima el dulzor. Tequila Milagro barrica selecta.

REDACCIÓN EL TIEMPO