El origen de la ginebra.
La ginebra es un destilado de cereales aromatizado con bayas de enebro,
juniperus comunis, y su nombre proviene de la palabra holandesa genever, que significa enebro. Su origen se remonta al siglo XII, cuando unos monjes italianos crearon esta bebida como un medicamento para combatir la peste bubónica. El genuino nacimiento de la ginebra se atribuye al profesor de medicina holandés Sylvius, que en el siglo XVII fue el precursor de macerar en alcohol las bayas de enebro, conocidas desde la antigüedad por sus virtudes diuréticas.
La primera vez que fue embotellada la conocida como
aqua juniperi fue en 1575, cuando el fabricante holandés Ervin Lucas Bols, creó su famosa marca, existente todavía en la actualidad. Pero aunque los holandeses fueron sus creadores, los ingleses fueron sus mayores difusores, convirtiéndose en la bebida nacional. Estos últimos conocieron la popular bebida durante la Guerra de los Treinta Años, bautizándola como “coraje holandés”, por el ánimo que infundía en la batalla.
En Gran Bretaña se popularizó tanto el consumo y su destilación ilegal, que llegó a generar revueltas y borracheras generalizadas, hasta que la subida de impuestos impulsó la creación, en la capital británica, de un estilo más seco y de mayor calidad, conocido como
London Dry Gin. Fue un farmacéutico inglés su inventor, James Burrough, creador de una fórmula magistral en 1895, cuya
ginebra es muy conocida: Beefeater, inspirada en los famosos guardianes de la Torre de Londres.
Los botánicos.
El principal orgullo de los productores de ginebras es el número de botánicos que intervienen en su elaboración, originariamente entre cinco a seis, aunque en la actualidad, algunas poseen hasta veinte ingredientes. Por botánico debemos entender a las distintas plantas, hierbas, especias y frutas que realizan su maceración con alcohol neutro al que ceden sus aromas, y es imprescindible en su composición las
bayas de enebro, de carácter resinoso.
Bayas de enebro
El perfume cítrico de la
ginebra y sensación refrescante se debe a las frutas cítricas, concretamente a los aceites esenciales de la piel desecada del limón, naranja dulce y amarga, pomelos y limas. Y como complemento a estos botánicos, se le añade exóticas especias como coriandro, canela, comino, cardamomo, pimienta, granos del paraíso, nuez moscada; y plantas como hinojo, regaliz, casia, cilantro, y un sin fin de perfumes naturales procedentes de Europa, África, Asía y America.
Destilación y tipos de ginebras.
La
ginebra holandesa suele tener menos componente botánicos que la
London Dry Gin, y una vez macerados estos, el vino de malta se destila en pequeños alambiques de cobre, obteniendo un aguardiente aromatizado de unos 52º de graduación, al que se le añade agua edulcorada, por lo que suele ser dulce; este proceso puede culminar con la madurez en barricas de roble durante unas semanas ó meses, adquiriendo un ligero tono dorado.
El tipo de ginebra
London Dry Gin, es originaria de Londres pero que se elabora en la actualidad en numerosos países como España, Francia o Estados Unidos. Se caracteriza por ser seca (dry) y de gran pureza, por ser destilada en grandes alambiques continuos, y utilizan tres tipos de cereal en su elaboración: centeno, maíz y cebada. Mientras la Geneva holandesa se suele comercializar entre 35º y 40º, la ginebra británica suele tener entre 40º y 47º de alcohol, y su consumo es principalmente en combinados, como el popular
Gintonic o en célebres cocteles como el
Dry Martini.
Alambique de cobre
Principales países productores.
En estos momentos se encuentran en nuestro país más de 240 marcas de ginebras importadas de todo el mundo, y aunque los principales países productores siguen siendo Holanda y Gran Bretaña, encontramos Gins de Francia y Estados Unidos, sin olvidarnos de las populares marcas españolas.
Holanda mantiene su estilo de ginebra con fuerte sabor a cereal malteado, con pocos elementos botánicos y de suave dulzor, como la famosa Bols Genever. De Gran Bretaña nos llegan numerosas ginebras clásicas, de gran pureza por su destilación y con marcado carácter del enebro. Las mas tradicionales suelen tener unos seis botánicos, aunque las más sofisticadas se elaboran con una docena. Marcas tan conocidas como Tanqueray Ten, Beefeater 24, The London Nº 1, Hendrick’s, Broker’s, Mombasa, Bulldog, la Nº 3 London Gin, Martin Miller’s, o la novedosa –Ish.
De Estados Unidos encontramos en nuestro país
ginebras clásicas como la Seagram’s, que madura en barricas, y otras muy innovadoras y de gran cuerpo como la Junipero y la Nº 209, mientras de Francia nos llegan propuestas tan interesantes como la Citadelle, Magellan, ó G’Vine.
Y no debemos olvidar que España tiene una larga tradición de destilar ginebras, como lo demuestra la menorquina Xoriguer (que cuenta con Denominación de Origen), o la muy conocida Larios 12, sin olvidarnos de creaciones más recientes como la ginebra de carácter mediterráneo Gin Mare.
Origen de la tónica.
Los conquistadores españoles conocieron la
quinina en America; cuenta la leyenda que la condesa de Chinchón, encontrándose con fiebres tropicales en el Virreinato de Perú, le recetaron una milagrosa medicina del Árbol de la Fiebre, de donde se obtenía la quinina que combatía la malaria.
Pero no fue hasta 1783, que el joyero alemán Johan
Jacob Schweppe, inventa un sistema eficaz de introducir burbujas de gas carbónico en el agua envasada en botella. La compañía por él fundada se traslado a Londres, donde elaboraba agua con gas y luego sodas de frutas, que hicieron furor. No fue hasta 1870, cuando el gran crecimiento de los jarabes medicinales, a la compañía
Schweppes se les ocurrió añadir
quinina a la soda carbonatada de naranja para producir
agua tónica; una bebida que además de ser refrescante era un medicamento eficaz para combatir el paludismo.
Donde nace el gintonic.
Copa de un Gintonic sofisticado
El
gintonic fue un invento fruto de la casualidad, cuando a principios del siglo XIX los soldados británicos destinados a la India, utilizaban la corteza de la quinina con agua y azúcar, para
combatir la malaria. Pero como el sabor de la quinina es muy amargo, le empezaron a añadir una chorrito de ginebra, y de esta forma nace este refrescante combinado.
El gintonic esta considerado como un excelente digestivo por la singular combinación de sabores amargos, dulces y anisados presentes en esta copa, que ayuda a la digestión.
Trucos para elaborar el gintonic perfecto.
- Lo primero es utilizar una copa de balón para que quepa bien todo el combinado, y desterramos los nefastos vasos de tubo, donde no se mezclan ambas bebidas en la proporción idónea.
- Los hielos que utilicemos deben ser trasparentes y estar muy fríos. Se sirven unos 5 o 6 hielos, y se mueven en la copa para enfriarla. Si los hielos no estuvieran suficientemente fríos, hay que quitar el agua que se desprende.
- Luego se vierte la ginebra sobre los hielos, unos 2 cl. si es para copa de aperitivo y un máximo de 5 cl. si es para degustar tras una comida.
- Cuando utilicemos frutas cítricas, estas debe ser lo más frescas posibles, y utilizamos la piel exterior para aportarle sus aromas, ya que la parte interior blanca es muy amarga. El gintonic clásico sólo lleva una piel fina de limón, exprimida encima de la ginebra, para que sus aceites esenciales perfumen la copa.
- No debemos de abusar del zumo de limón o lima directamente en la copa, pues al ser ácidos provocamos que se escapen las burbujas de gas carbónico a la atmosfera con máyor rapidez.
- Por último servimos muy lentamente la tónica fría (entre 3 y 5º C, para que conserve todo el gas), inclinando un poco la copa, para evitar que pierda su burbuja, y se remueve lentamente con la varilla. Aunque los mejores barmans en España consideran que lo idóneo es servir la tónica por la varilla para que se integre mejor en la copa.
Una copa de gintonic nos proporciona unos 15 minutos de disfrute, manteniendo plenamente su sabor durante este tiempo, antes de empezar a aguarse.
http://www.verema.com/articulos/902942-pasion-por-gin-tonic
Autor:Jesús Bernad ( 5 de Septiembre de 2011 )