El mejor vino es el que más te gusta |
México tiene una oferta amplia e internacional de vinos, que año con año crece con una relación calidad-precio que se adapta a diferentes presupuestos. (Foto: Cortesía SXC).
ENFOQUE
5 vinos para el espíritu coleccionista Botellas de cinco regiones del mundo que no pueden faltar en una buena cava. |
Motivos para brindar nunca faltan, por fortuna. Y si de vinos se trata, en México tenemos una oferta amplia e internacional que año con año crece con una relación calidad-precio que se adapta a diferentes presupuestos.
Hace más de una década que el vino mexicano ha regresado por sus fueros (¡salud por eso!).
No sólo estamos hablando de los llamados vinos boutique (pequeñas producciones, precios elevados), sino de los que producen las seis bodegas más grandes del país.
L.A. Cetto, Casa Madero, Santo Tomás, Domecq, Monte Xanic y Freixenet son las casas que contribuyen a extender la cultura del vino en México.
Aunque el precio es un criterio para saber si estamos frente a una buena botella, no es el único.
También hay que considerar: lugar de procedencia (entre más específico, mejor), la variedad o variedades de uvas, el año (hay cosechas excepcionalmente buenas), la bodega o casa productora, el enólogo a cargo y los puntajes que otorgan algunas revistas especializadas.
La prueba de fuego ocurre cuando probamos o catamos el vino bajo tres criterios principales: vista, nariz y boca.
Muchos sommeliers gustan repetir que "el mejor vino es el que más te gusta".
Tal vez la frase encierre una verdad a medias, pero, sin duda, hay que tenerla en cuenta a la hora de elegir.
Hace más de una década que el vino mexicano ha regresado por sus fueros (¡salud por eso!).
No sólo estamos hablando de los llamados vinos boutique (pequeñas producciones, precios elevados), sino de los que producen las seis bodegas más grandes del país.
L.A. Cetto, Casa Madero, Santo Tomás, Domecq, Monte Xanic y Freixenet son las casas que contribuyen a extender la cultura del vino en México.
Aunque el precio es un criterio para saber si estamos frente a una buena botella, no es el único.
También hay que considerar: lugar de procedencia (entre más específico, mejor), la variedad o variedades de uvas, el año (hay cosechas excepcionalmente buenas), la bodega o casa productora, el enólogo a cargo y los puntajes que otorgan algunas revistas especializadas.
La prueba de fuego ocurre cuando probamos o catamos el vino bajo tres criterios principales: vista, nariz y boca.
Muchos sommeliers gustan repetir que "el mejor vino es el que más te gusta".
Tal vez la frase encierre una verdad a medias, pero, sin duda, hay que tenerla en cuenta a la hora de elegir.
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