viernes, 9 de diciembre de 2011

Nace un legado

El reconocido sommelier Pedro Poncelis y su hijo Pedro Poncelis Jr. presentan su primer vino D’Poncelis, cosecha 2009


El sommelier Pedro Poncelis y su hijo Pedro Poncelis Jr. juntos en su pasión por el vino (Foto: Sergio Mendoza )



La familia Poncelis se llena de orgullo al presentar su primer vino tinto ante un grupo conformado por especialistas del sector y amigos que los acompañaron en el evento. El sommelier Poncelis reconoció que ‘el alma’ de este proyecto fue su hijo, a quién le otorgó todo el crédito en el logro de esta bebida, a quien le dio su apoyo para lograr este mágnífico néctar.

Pedro Poncelis Brambila, ingeniero químico con especialidad en vinos y licores por la UNAM, con diplomados de sommelier en la Universidad del Tepeyac y la Universidad del Claustro de Sor Juana, decano de varias generaciones de sommeliers, se ha dedicado al mundo de los vinos durante más de 45 años, ha recibido innumerables reconocimientos nacionales e internacionales a su labor e impulso a la cultura del vino en nuestro país.

HEREDA LA PASIÓN POR EL VINO

Pedro Poncelis Jr. es la segunda generación, su formación como sommelier la realizó también en la Universidad del Tepeyac, cuenta con más de 15 años de experiencia en el medio, este nuevo proyecto lo llevó a radicar a Ensenada con su familia a fin de llevar con cuidado y esmero todo el proceso de elaboración del néctar de la vid.

Participó hasta 2008 -en conjunto con otros socios- en un exitoso proyecto enológico llamado “Mariatinto”, un vino representativo de los valles y variedades de uva de Baja California. Fue entonces que a raíz de esta incursión enológica surge la idea de realizar algo más personal y familiar, conjuntando factores como la experiencia, conocimiento, además de la idea de iniciar un legado para las próximas generaciones de la familia Poncelis.

Actualmente también es director de Cepage, empresa donde impulsa la cultura del vino a través de catas, cenas, viajes, cursos, asesorías y promoción de vinos mexicanos, entre otros eventos en torno al vino.

Pedro Poncelis agradeció el apoyo de muchos amigos en la producción y vinificación de este primer vino, que le permitieron hacer uso de sus instalaciones e infraestructura para su beneficio.

Pensando en hacer una bebida a su gusto eligieron dos varietales, Tempranillo y Cabernet, la primera del rancho de Paralelo y la segunda de los viñedos de Montefiori, ambas variedades en la misma proporción del 46%, adicional a éstas, se sumaron tres barricas de Grenache y Carignan de los viñedos de Hugo D’Acosta, en Francia, adornando el producto final de mayor frutalidad y aromas. ‘Éste será el único año en que se tenga esta mezcla, -no es porque no nos haya gustado- pretendemos que los próximos vinos, sean muy representativos de la zona de Baja California, 100 por ciento mexicanos. El vino reposó durante 16 meses en barricas de roble francés de primer uso hasta su embotellado’, explicó Pedro Jr.

CARACTERISTICAS DE LA NUEVA BEBIDA

En la degustación del vino, don Pedro lo describió de la siguiente manera: A la vista presenta un excelente rojo rubí con matices violáceos en el borde de la copa, capa de media intensidad, límpido y de buena adherencia, con buena riqueza alcohólica y glicérica, 13.3 grados de alcohol, superficie limpia y brillante.

A copa quieta muestra buena intensidad aromática de dominancia frutal, limpieza absoluta, riqueza amplia, nacen los frutos rojos, grosellas, ciruelas, frambuesa, cereza, presenta notas de madera fina, avainillados, tostados, que no interfieren con la fruta, de relativa complejidad aromática, notas especiadas, mentoladas, entre otras.

En boca es expresivo, llena el paladar, complejo, con retrogusto aromático amplio, con presencia frutal, especiado, mineral, equilibrado, con taninos suaves, dulces, es un vino seco con sensación de dulzor residual por su madurez de los taninos, armónico y elegante, redondo, con persistencia, de final largo y amable, excelente vino.

Alejandro García Blanco | El Universal