viernes, 9 de septiembre de 2011

Así se vivió el 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya

El 1er Festival del Vino Mexicano, celebrado en Playa del Carmen en la Riviera Maya, fluyó con una serie de eventos, platillos, restaurantes y por supuesto etiquetas de vinos mexicanos en uno de los destinos más bellos de México. ¡Checa estas fotos!

La 5a Avenida, en Playa del Carmen, Quintana Roo, se vistió de gala el 9 de marzo, con la presencia de diversas casas vitivinícolas mexicanas.

Botellófono de Xcaret

La música no se hizo esperar y el Botellófono de Xcaret amenizó el ambiente de la 5a Avenida de Playa del Carmen, durante la inauguración de este 1er Festival dedicado a los vinos mexicanos.

Autoridades del Municipio de Solidaridad, Grupo Xcaret, La Quinta y La Europea dieron por inaugurado el 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya.

Restaurante Yaxche

El restaurante Yaxche fue uno de los embajadores del 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya. Su propuesta: un maridaje de 6 tiempos con ¡cocina maya gourmet! ¡Simplemente una delicia!
5ta. Avenida, esquina calle 22, Playa del Carmen, Q. Roo, México
Teléfono: 52 (984) 873 3011

Maridaje Yaxche

Cada restaurante embajador diseñó un menú especial de maridajes para el 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya. En este caso Yaxche preparó un menú de 6 tiempos del que la crema fría de maíz con puré de cuitlachoche y hongos salteados, fue maridado con una copa de vino tinto Santo Tomás Barbera. ¡Uno de los más gustados de este maridaje!

Asiana, restaurante gourmet de comida japonesa, china y tailandesa. El único de su tipo en Playa del Carmen y uno de los restaurantes embajadores del 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya. Abierto todos los días para almuerzos y cenas.
Av. Constituyentes Esq. 1ra. Avenida Norte, Playa del Carmen, Q. Roo., México. Junto al Hotel The Royal.
Tel:52 (984) 877 2900

Restaurante Sur

Otro de los restaurantes embajadores del 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya: Sur, cocina argentina que también apuesta por los vinos mexicanos.
5ta. Avenida y calle corazón entre calles 12 y 14, Playa del Carmen, Q. Roo. México.

¿Qué tal un vino con un poco de chocolate?

Jóvenes estudiantes estuvieron presentes en la cata "El vino y el chocolate mexicano" impartido por Jorge Castillo y Laura Zamora, profesora de Enología en la Escuela de Enología y Gastronomía de la Universidad Autónoma de Baja California y enóloga de Bodegas Santo Tomás.

Líderes de opinión, mesa redonda

En Xcaret se llevó a cabo la mesa redonda "La realidad y el futuro del vino mexicano en México" donde participaron líderes de opinión del mundo del vino como Luis Fernando Otero Torregosa, presidente fundador de la Academia del Mezcal y del Maguey y fundador de la Unión Mexicana de Cata y Sommelier; Hans Joseph Backhoff, enólogo de Monte Xanic; Laura Zamora, enóloga de Bodegas Santo Tomás; Sandra Fernández Gaytan, Líder de Opinión, sommelier y asesora de vinos de Grupo La Europea, entre otros.

Noche de Vendimia


Noche de Vendimia

El 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya llegó a su fin en la Hacienda Henequenera de Xcaret, con una fiesta de vendimia donde el elemento principal, la uva, se hizo presente en la tradicional pisada al ritmo de música mexicana.

Historia breve del mezcal



Todo comienza con la llegada de los españoles a lo que hoy conocemos como México. Al combinar las recién llegadas técnicas europeas de procesamiento de bebidas y alimentos con las cosechas nativas, se dio lugar a grandes productos. Uno de estos productos es el mezcal. El maguey fermentado existía  mucho antes de que los españoles llegaran a México, en si, era una bebida sagrada y ceremonial que hoy conocemos como pulque y que sirvió como prueba de que el maguey podía ser usado como base para bebidas alcohólicas; el mezcal es la esencia de un dulce tradicional mexicano que se conocía como mexcali, este no era más que un trozo de maguey cocido muy sabrosos y, al ser destilado se produjo el ancestro de todos los destilados de agave El mezcal (si quiere conocer más sobre la historia del mezcal vea nuestra sección de cultura).

Si bien, no podemos decir que nuestro mezcal fue el primero, si podemos decir que es uno de los más antiguos que aun se produce. Cha cha cha Mezcal nace a mediados del siglo XVIII y ha sido protegido celosamente desde entonces. Generación tras generación ha cuidado los secretos que guarda nuestro elixir, trabajado artesanalmente por el pueblo que lo vio nacer. Padres, hijos, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos; españoles, peninsulares, criollos, zapotecos, mixtecos, mestizos y mexicanos; han trabajado juntos a lo largo de todo este tiempo para producir y mantener vivo nuestro mezcal.

Los nombres y formas que ha llevado nuestro mezcal a lo largo del tiempo han sido muchos, pero nuestro sabor y nuestra esencia nunca cambiaran. Actualmente, haciendo un intento por devolver al mezcal a su lugar en la historia como el primero y más importante de los destilados de agave y, ante los rápidos cambios que ha sufrido el mundo ofreciendo oportunidades para llegar cada vez más lejos, hemos decidido renovar nuestra imagen tratando de incorporar en nuestra botella la artesanía que representan nuestros métodos y otorgándole un nuevo nombre que resuene por todos los rincones con los significados del privilegio que es, ha sido y será producir este elixir espirituoso que alegra el alma.

Fuente: www.chachamezcal.com visite esta estupenda página.

El paisaje agavero, esencia de la tradición

Por: Jaime Bali. México Desconocido

Catalogado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2006, el paisaje agavero de Jalisco es cuna de una de las bebidas más representativas de México: el Tequila. ¡Descubre esta increíble región!



Cuando escuché por la radio, un día del mes de julio de 2006, que el paisaje agavero había sido reconocido en la XXX Asamblea de la UNESCO, celebrada en Lituania, como parte del Patrimonio Mundial, no me sorprendí. Se trata sin duda de una región excepcional y paradigmática que se desarrolló y creció acompañando la historia de una importante región de nuestro país. Ese paisaje que formaba parte de la vida interna de las haciendas productoras de tequila desde hace más de 200 años, había trascendido a la escena mundial para agregar un galardón más a los que ya había ganado como bebida espirituosa.

Cierto es, y así quedó asentado, que el paisaje agavero incluye los cultivos de la planta azul, destilerías, factorías, tabernas, destilerías clandestinas de la época de la administración colonial, asentamientos urbanos de Tequila, Arenal y Amatitlan, además de los vestigios arqueológicos de Teuchitlán.

Y esto es así porque la bebida reconocida hoy por historiadores, poetas y artistas de renombre tiene una larga historia que data del mundo prehispánico. El cocimiento de las piñas, les dio a los antiguos pobladores la satisfacción de probar los trozos de “mezcal” que dejaban un agradable sabor al paladar, hecho que se puede comprobar en nuestros días al probar las rebanadas de las piñas cocidas presentadas todavía como dulce o como golosina en algunos mercados de la región. Ora bien, en los años cincuenta, estos pequeños trozos de las piñas se vendían en mercados de la Ciudad de México. Hoy puede probarse uno de éstos al visitar una fábrica productora de tequila.

Una gran transformación

Cuando los peninsulares se dieron cuenta que estas pencas contenían azúcares que podían formar alcohol, emprendieron la tarea de cocer las piñas para fermentar después los jugos y obtener el mosto que pasaría después por el sistema de destilación que los árabes habían llevado a España. Así obtuvieron una bebida llamada vino mezcal. En el caso del agave conocido con el nombre científico de tequilana Weber, se ha hecho famoso en el mundo como fenómeno cultural llamado tequila.

Un viaje de los sentidos

Hoy como antes, resulta muy atractivo hacer el viaje para conocer de cerca el paisaje agavero. Apenas a unos 60 kilómetros al oeste de Guadalajara aparecen los primeros campos agaveros que incluso invaden ya los acotamientos de carreteras y autopistas.
La fama del tequila se extendió por el mundo y son muy pocos los que se resisten hoy a brindar con esta bebida cristalina y transparente que al agitarla rompe en perlas sobre la superficie de los vasos. Las antiguas fábricas que todavía hacia la mitad del siglo pasado (1940) producían entre 500 y 1,000 litros de tequila diarios resultaron insuficientes. La demanda nacional impulsada a partir de los años ochenta por el reconocimiento que alcanzó la bebida en diversas capitales del mundo, rompió la última barrera que quedaba y los caballitos irrumpieron en los mejores lugares y en las casas de los sectores acomodados de todo el país.

Hoy este fenómeno cultural conocido como paisaje agavero tiene miles de visitantes que se entusiasman al tomar por la carretera número 15 y descubrir lugares del corazón tequilero como Arenal, Amatitlan y el Pueblo Mágico de Tequila.

Vale la pena llegar hasta allá y visitar la Barranca de Tequila, si tienes suerte y si consigues un buen guía, podrás incluso enterarte de los milagros de Santo Toribio Romo, mártir de la guerra cristera. Al llegar a Tequila una visita obligada es el Museo Nacional de Tequila, donde podrás conocer en detalle el proceso de producción, además de los datos curiosos y una sorprendente colección de botellas de tequila. Hay quien prefiere hacer la ruta desde Guadalajara en tren, abordando el Tequila Express, que presta el servicio los sábados y domingos para llegar directamente a las fábricas más importantes, conocer el proceso, degustar el blanco y el reposado, recibir el olor del mosto, admirar las fábricas antiguas y las nuevas columnas de destilación.

Una escapada puede resultar especial para aquellos que desean acompañar la bebida de agave azul con la magia de los productos de la cocina jalisciense. Cómo resistirse a una birria original, un pozole y unas ricas tostadas auténticamente regionales, en medio de un ambiente tradicional que termina por subyugar a los más escépticos.

Hay quienes son más aventurados y preguntan por los llamados Guachimontones, por ese lugar maravilloso explorado, a lo largo de 30 años, por un incansable arqueólogo norteamericano llamado Phil C. Weigand. Puesto al descubierto, Teuchitlán se ha convertido en un imán para todos aquellos que se interesan en la búsqueda de los orígenes de las culturas mexicanas. Por su posición geográfica, Teuchitlán forma parte del paisaje agavero y es evidente que fue por estos lares donde el ingenio de los pobladores descubrió la piña del agave y su primer cocimiento para obtener los jugos de la planta.
Ver imágenes del paisaje agavero en la televisión con la cámara que se desplaza a gran velocidad sobre ellos es apasionante, admirar las fotografías de los campos agaveros con el azul de las plantas y el rojo de la tierra es una experiencia visual que sólo es superada por las imágenes que nos dejó la cámara de Figueroa, pero caminar o trotar en busca del horizonte entre las hileras de agaves que forman caprichosas figuras geométricas en todas las direcciones, puede resultar una experiencia inolvidable, en todo caso se trata de vivir en tiempo real que en ocasiones ya resulta inalcanzable.

Paisaje cultural del mundo

El paisaje agavero fue inscrito en la categoría de paisajes culturales en la XXX Asamblea del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta medida de protección universal cubre la región del valle de Tequila, que incluye 36,658 hectáreas, los cultivos de la planta azul, destilerías, factorías, tabernas, destilerías clandestinas de la época de la administración colonial, asentamientos urbanos de Tequila, Arenal y Amatitlán, además de los vestigios arqueológicos de Teuchitlán.

Tequila Express

Es un tren que consta de cuatro vagones con capacidad para 68 personas. Sale de Guadalajara, los sábados y domingos de 10:00 a 20:00 horas. Los boletos se pueden adquirir en la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Guadalajara, en la delegación Centro Histórico, Chapala, Cocula y Tequila. También en Ticketmaster. Se recomienda comprarlos con un mes y medio de anticipación. Más información en el teléfono: 01 (333) 880 9099 ext. 2217 y 01 800 503 9720.

Teuchitlán

Tuvo su mejor momento entre los años 200 a 400 de nuestra era y declinó hacia el año 900. Ha sido difícil establecer las características de su poblamiento, pero para el visitante conocer las estructuras circulares de su construcción, la evidencia de voladores y los magníficos juegos de pelota, resultan enigmáticos por tratarse de un caso único dentro de las culturas del Clásico de Mesoamérica y del Occidente de México.

El uso del maguey en México

De las múltiples plantas de México que benefician al ser humano, el maguey ha sido una de las más aprovechadas, desde los antiguos mesoamericanos. ¡Conoce más en torno a su historia!
 
 

Pocos son los vegetales que proporcionan al hombre casa, vestido, sustento y salud, además de ser un medio de conocimientos (papel). Por estas razones, el maguey ha sido calificado como excepcional.
Diversos estudiosos coinciden en afirmar que México es el centro y origen de dispersión del maguey, ya que en este inmenso territorio (se localiza desde los 6 hasta los 40 grado s de latitud norte) existen en estado silvestre agaves de formas menos evolucionadas, así como el mayor número de variedades. Su presencia en países asiáticos y del Mediterráneo se debe a que el hombre lo llevó a esos lugares para su explotación.

El agave vive en un medio semidesértico, con escasas lluvias. Llega a su madurez entre los ocho y los doce años y florece sólo una vez, muriendo al poco tiempo. En sus anchas, espinosas y protegidas hojas, llamadas pencas, se almacenan las sustancias nutritivas que le permiten sobrevivir en un medio hostil, así como a una serie de insectos, entre los que se encuentran el gusano “magueyero" y la hormiga aguamielera, ambos alimentos del hombre.

El género agave comprende dos subgéneros: el Littaea y el Agave. El primero de forma espigada, con alto contenido de saponina, se destina a ornato y contiene esmílagenína, materia prima indispensable para elaborar esteroides. Las especies que componen el subgénero Agave se explotan para producir bebidas fermentadas -el pulque- y destiladas -el tequila o los mezcales-, o bien para extraer fibras, forrajes y alimentos. Es el caso del Agave fourcroydes o henequén y el Agave sisal, cultivados en la zona costera del golfo de México y la península de Yucatán. Otros productores de fibras son el Agave lechuguilla, aprovechado en el Valle del Mezquital, y el Agave peacockii, cuyo hábitat es el Valle de Tehuacán.

Entre los agaves que producen bebidas alcohólicas, además del A. tequílana y el A. angustífolía, tenemos el A. atrovírens Kawr, A. lehmannii, A. cochlearís y A. lattísíma Jacobí, de donde se saca el aguamiel, ingrediente fundamental en la elaboración del pulque.
Las evidencias arqueológicas indican que hace más de 10,000 años los grupos nómadas y seminómadas utilizaban distintos tipos de agaves para la extracción de fibras y como alimento.
Hacia el año 200 a.C. el maguey se cultivaba en Tula, Tulancingo y Teotihuacan, donde se han encontrado raspadores de obsidiana.

Según la mitología mesoamericana, el descubrimiento del A. atrovírens Kawr o maguey pulquero fue un hecho importante, y así lo atestiguan varios códices en donde se menciona su empleo. Los Anales de Cuauhtitlán refieren que en un lugar llamado Texcalapan, una mujer otomí lavó por primera vez las fibras del agave. Hacia el año 804 d.C., cuenta la historia oral, cuando empezó el reinado de los chichimecas avecindados en Cuauhtitlán, la diosa Itzpapálotl los llamó y les dijo: “Vos debéis de construir como vuestro señor a él, ¡Uactli! ¡Id para allá hacia Neguameyocan!, fundad la casa de tzíhuac y la casa del agave silvestre [...] y allá debéis de extender la estera de tzíhuac y la estera de nequámetl".

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Por: Beatriz Oliver Vega. México Desconocido

El tequila, un regalo de México para el mundo

La popular bebida conocida como tequila es un aguardiente originario de una pequeña región del occidente de México. Conoce aquí un poco más sobre su historia y original proceso de elaboración.



El “tequila” es un aguardiente que se elabora en una pequeña región del occidente de México, mediante la destilación del mosto fermentado que se obtiene del corazón de una planta conocida como agave azul. A este corazón, semejante a una gigantesca piña, se le denomina también “mezcal”, que en náhuatl puede significar “casa de la luna” (meollo, esencia), o bien “lo cocido”.
De todos los mezcales que se producen en nuestro país, sin duda el más famoso es el de la región de Tequila, una antigua y dinámica población localizada a unas 15 leguas al noroeste de Guadalajara, Jalisco.

Desde los tiempos prehispánicos y aun después de la conquista, el agave azul prestaba enormes servicios a los pobladores, pues las distintas partes de la planta eran aprovechadas para construir techumbres y fabricar agujas, clavos, cuerdas y papel; sus pencas secas se usaban como combustible, de las cenizas se elaboraba jabón o detergente, y su savia se utilizaba para curar heridas. Pero la producción del aguardiente estaría reservado a los criollos o mestizos.

Es probable que fuera a mediados del siglo XVI, al percibir el altísimo contenido de azúcares en su miel, cuando los españoles de garganta más ansiosa hayan discurrido su destilación. Sin embargo el descubrimiento no fue precisamente aplaudido por las autoridades: con la consigna de favorecer la importación de vinos y aguardientes españoles, el gobierno colonial prohibió la fabricación de productos americanos que pudieran competir con ellos. No obstante, el tequila siguió elaborándose clandestinamente, y así al mediar el siglo XVII, alcanzó tal producción que el gobierno optó por autorizarla a fin de beneficiarse con el cobro del impuesto respectivo.

Con la consumación de la Independencia, en 1821, los licores españoles tuvieron dificultades para llegar a México. Esta situación permitió que los' fabricantes de tequila incrementaran sus ventas en la misma Guadalajara y que empezaran a venderlo en otras latitudes como la ciudad de México y en el centro del país.

Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, la industria del tequila se vio afectada a causa del ferrocarril norteamericano, que transportaba fácilmente de costa a costa los aguardientes europeos que satisfacían la preferencia por lo francés de la clase alta mexicana. Mas esto no fue obstáculo para que el consumo de tequila aumentara pues entre el “populacho” podían encontrarse numerosos bebedores del aguardiente en cuestión.

Fue la Revolución Mexicana la que, a fin de cuentas, prohijó una nueva actitud que redundó a favor del tequila. Derrumbada en 1911 la longeva dictadura del general Porfirio Díaz, el afrancesamiento pronto llegó a ser cosa del pasado, así el país entero se inclinó por aquellas expresiones y costumbres propias a fin de abonar el fortalecimiento de la nacionalidad mexicana. Contribuyó de manera significativa a este propósito la industria cinematográfica mexicana, exitosa en los años treinta y cuarenta, que promovió un tipo estereotipado y falso del hacer y del ser de los mexicanos. Tanto el cine como varias canciones entonces en boga, coadyuvaron a hacer más grande la creciente fama de la bebida.

Durante la Segunda Guerra Mundial la industria del tequila se vio favorecida al suplir al whisky que dejaría de llegar a Estados Unidos. Fue entonces que su exportación alcanzó niveles elevados, que decayeron al concluirle conflicto armado a causa del monopolio ejercido en su transporte.

A fin de impulsar de nuevo su consumo, a partir de 1950 se incorporaron mejoras tecnológicas muy considerables en su producción. Muchas fábricas hubo que sin detrimento de la calidad tuvieron altos niveles de rendimiento.

En efecto, su esfuerzo ha colocado al tequila en la boca de muchos consumidores tanto nacionales como extranjeros. Hoy día los campos agaveros, con su fisonomía tan característica, comprenden una gran franja central del paisaje jalisciense. A su vez, de manera directa o indirecta, la industria compromete a unas 200 mil personas, orgullosas todas de participar en la fabricación de un producto imbricado profundamente con la vida de la región occidental de México, y satisfechas de ofrecer al mundo una bebida cabalmente mexicana.

Breve lección en torno al tequila

El tequila es una de las bebidas más representativas de México. Aprende más en torno a ella y su elaboración en Tequila, Jalisco.



El cerro de Tequila es un volcán apagado; en sus laderas se da el agave azul, xiguen, que crece solamente en Jalisco y Nayarit. "Una cinta de asfalto conduce a las afueras de Guadalajara, hasta Tequila. Los magueyes de que sale este 'vino', como le llaman en la región, untan de jade las laderas desiertas", dice Salvador Novo en su libro "Este y otros viajes".

La diferencia entre esta bebida y otros mezcales radica en que se fabrica industrialmente, con normas de calidad estrictas y tiene una denominación de origen -que tras varios años de pleitos el estado de Jalisco logró en exclusiva, cuando los japoneses comenzaron a fabricar tequila en su país. El tequila sólo es de Jalisco y es el más famoso embajador de México en el extranjero.

En 1758 el corregidor de la Nueva Galicia dio la primera concesión para fabricar el licor a José Antonio Cuervo. La fábrica de tequila y vino mezcal donde se produjo, en 1888, la primera remesa para la exportación fue "La Perseverancia", hacienda donde han vivido tres generaciones de Sauzas: Don Cenobio, Eladio y Francisco Javier.

Para fabricar el tequila se muelen las piñas en la molienda; antes se hacía sobre piedra. El jugo se fermenta con levadura, tras el hervor en los alambiques. El líquido fermentado se deja reposar en pipones de madera. La segunda destilación se hace en alambiques rectificadores de cobre. El tequila, estrictamente procesado, tiene siempre 55 grados de alcohol.

El tequila blanco es el destilado simple; el reposado permanece dos o tres meses en las barricas y el añejo se guarda más de un año en barriles de madera, de los cuales toma su color ámbar. El tequila es tan mexicano como el mariachi, el charro, el brindis y las canciones rancheras. José Alfredo Jiménez es el cantador por excelencia del tequila, aunque ya antes, en voz de Lucha Reyes, hubiéramos escuchado que la intérprete deBorrachita de tequilafue bautizada con un trago de mezcal.

Por: Dana M. Villa Anaya. México Desconocido

El paisaje agavero, esencia de la tradición

Catalogado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2006, el paisaje agavero de Jalisco es cuna de una de las bebidas más representativas de México: el Tequila. ¡Descubre esta increíble región!



Cuando escuché por la radio, un día del mes de julio de 2006, que el paisaje agavero había sido reconocido en la XXX Asamblea de la UNESCO, celebrada en Lituania, como parte del Patrimonio Mundial, no me sorprendí. Se trata sin duda de una región excepcional y paradigmática que se desarrolló y creció acompañando la historia de una importante región de nuestro país. Ese paisaje que formaba parte de la vida interna de las haciendas productoras de tequila desde hace más de 200 años, había trascendido a la escena mundial para agregar un galardón más a los que ya había ganado como bebida espirituosa.

Cierto es, y así quedó asentado, que el paisaje agavero incluye los cultivos de la planta azul, destilerías, factorías, tabernas, destilerías clandestinas de la época de la administración colonial, asentamientos urbanos de Tequila, Arenal y Amatitlan, además de los vestigios arqueológicos de Teuchitlán.

Y esto es así porque la bebida reconocida hoy por historiadores, poetas y artistas de renombre tiene una larga historia que data del mundo prehispánico. El cocimiento de las piñas, les dio a los antiguos pobladores la satisfacción de probar los trozos de “mezcal” que dejaban un agradable sabor al paladar, hecho que se puede comprobar en nuestros días al probar las rebanadas de las piñas cocidas presentadas todavía como dulce o como golosina en algunos mercados de la región. Ora bien, en los años cincuenta, estos pequeños trozos de las piñas se vendían en mercados de la Ciudad de México. Hoy puede probarse uno de éstos al visitar una fábrica productora de tequila.

Una gran transformación

Cuando los peninsulares se dieron cuenta que estas pencas contenían azúcares que podían formar alcohol, emprendieron la tarea de cocer las piñas para fermentar después los jugos y obtener el mosto que pasaría después por el sistema de destilación que los árabes habían llevado a España. Así obtuvieron una bebida llamada vino mezcal. En el caso del agave conocido con el nombre científico de tequilana Weber, se ha hecho famoso en el mundo como fenómeno cultural llamado tequila.

Un viaje de los sentidos

Hoy como antes, resulta muy atractivo hacer el viaje para conocer de cerca el paisaje agavero. Apenas a unos 60 kilómetros al oeste de Guadalajara aparecen los primeros campos agaveros que incluso invaden ya los acotamientos de carreteras y autopistas.
La fama del tequila se extendió por el mundo y son muy pocos los que se resisten hoy a brindar con esta bebida cristalina y transparente que al agitarla rompe en perlas sobre la superficie de los vasos. Las antiguas fábricas que todavía hacia la mitad del siglo pasado (1940) producían entre 500 y 1,000 litros de tequila diarios resultaron insuficientes. La demanda nacional impulsada a partir de los años ochenta por el reconocimiento que alcanzó la bebida en diversas capitales del mundo, rompió la última barrera que quedaba y los caballitos irrumpieron en los mejores lugares y en las casas de los sectores acomodados de todo el país.

Hoy este fenómeno cultural conocido como paisaje agavero tiene miles de visitantes que se entusiasman al tomar por la carretera número 15 y descubrir lugares del corazón tequilero como Arenal, Amatitlan y el Pueblo Mágico de Tequila.

Vale la pena llegar hasta allá y visitar la Barranca de Tequila, si tienes suerte y si consigues un buen guía, podrás incluso enterarte de los milagros de Santo Toribio Romo, mártir de la guerra cristera. Al llegar a Tequila una visita obligada es el Museo Nacional de Tequila, donde podrás conocer en detalle el proceso de producción, además de los datos curiosos y una sorprendente colección de botellas de tequila. Hay quien prefiere hacer la ruta desde Guadalajara en tren, abordando el Tequila Express, que presta el servicio los sábados y domingos para llegar directamente a las fábricas más importantes, conocer el proceso, degustar el blanco y el reposado, recibir el olor del mosto, admirar las fábricas antiguas y las nuevas columnas de destilación.

Una escapada puede resultar especial para aquellos que desean acompañar la bebida de agave azul con la magia de los productos de la cocina jalisciense. Cómo resistirse a una birria original, un pozole y unas ricas tostadas auténticamente regionales, en medio de un ambiente tradicional que termina por subyugar a los más escépticos.

Hay quienes son más aventurados y preguntan por los llamados Guachimontones, por ese lugar maravilloso explorado, a lo largo de 30 años, por un incansable arqueólogo norteamericano llamado Phil C. Weigand. Puesto al descubierto, Teuchitlán se ha convertido en un imán para todos aquellos que se interesan en la búsqueda de los orígenes de las culturas mexicanas. Por su posición geográfica, Teuchitlán forma parte del paisaje agavero y es evidente que fue por estos lares donde el ingenio de los pobladores descubrió la piña del agave y su primer cocimiento para obtener los jugos de la planta.
Ver imágenes del paisaje agavero en la televisión con la cámara que se desplaza a gran velocidad sobre ellos es apasionante, admirar las fotografías de los campos agaveros con el azul de las plantas y el rojo de la tierra es una experiencia visual que sólo es superada por las imágenes que nos dejó la cámara de Figueroa, pero caminar o trotar en busca del horizonte entre las hileras de agaves que forman caprichosas figuras geométricas en todas las direcciones, puede resultar una experiencia inolvidable, en todo caso se trata de vivir en tiempo real que en ocasiones ya resulta inalcanzable.

Paisaje cultural del mundo

El paisaje agavero fue inscrito en la categoría de paisajes culturales en la XXX Asamblea del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta medida de protección universal cubre la región del valle de Tequila, que incluye 36,658 hectáreas, los cultivos de la planta azul, destilerías, factorías, tabernas, destilerías clandestinas de la época de la administración colonial, asentamientos urbanos de Tequila, Arenal y Amatitlán, además de los vestigios arqueológicos de Teuchitlán.

Tequila Express

Es un tren que consta de cuatro vagones con capacidad para 68 personas. Sale de Guadalajara, los sábados y domingos de 10:00 a 20:00 horas. Los boletos se pueden adquirir en la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Guadalajara, en la delegación Centro Histórico, Chapala, Cocula y Tequila. También en Ticketmaster. Se recomienda comprarlos con un mes y medio de anticipación. Más información en el teléfono: 01 (333) 880 9099 ext. 2217 y 01 800 503 9720.

Teuchitlán

Tuvo su mejor momento entre los años 200 a 400 de nuestra era y declinó hacia el año 900. Ha sido difícil establecer las características de su poblamiento, pero para el visitante conocer las estructuras circulares de su construcción, la evidencia de voladores y los magníficos juegos de pelota, resultan enigmáticos por tratarse de un caso único dentro de las culturas del Clásico de Mesoamérica y del Occidente de México.

Las 5 bebidas más representativas de México

Conoce nuestro listado, elegido por los usuarios de redes sociales, de las bebidas más representativas de nuestro país que, entre mitos y tradición, se han convertido en emblemas de la cultura mexicana.


1. El tequila


Originario de los azules campos de Jalisco, el tequila, elegido por nuestros usuarios en redes sociales como la bebida más típica, le ha dado fama mundial a nuestro país y se ha colocado como uno de los grandes embajadores de la cultura mexicana.
Considerado por muchos como una de las bebidas alcohólicas mejor manufacturadas del mundo, el tequila posee un proceso de elaboración -con normas de calidad sumamente estrictas- casi tan interesante como su sabor. Éste se obtiene de la fermentación con levadura y destilación de los jugos de agave azul, a partir de la cocción de las cabezas del agave, las cuales deben tener entre seis y diez años de maduración y que posteriormente son depositados en barricas de madera.


El tequila se comenzó a producir a mediados del siglo XVII en una hacienda llamada Cuisillo, y hoy en día existen alrededor de 160 marcas y 12 haciendas que lo producen, dando vida a uno de los productos mexicanos más demandados en el extranjero, el cual posee la prestigiosa etiqueta de denominación de origen.

La población de donde surge lleva su nombre y es un encantador Pueblo Mágico que, entre paisajes agaveros, mariachis y aires provincianos, resguarda leyendas y el secreto de esta mística bebida. Visitando sus tranquilos rincones encontrarás el Museo Nacional del Tequila, el Templo de la Purísima, la Quinta Sauza y el apagado Volcán de Tequila. Además, al ser la producción de este aguardiente el mayor atractivo de la zona, se creó la Ruta del Tequila Express, un recorrido en tren en el que se pueden observar zonas arqueológicas, antiguas casonas y en especial, los bellos campos donde se cultiva el agave.

Esta bebida legendaria contiene en su sabor y olor únicos el pasado prehispánico, la tradición de un pueblo mestizo y un proceso de elaboración que asemeja a una obra de arte. Sin duda, un auténtico “regalo de los dioses”.

2. El mezcal



Cuenta la leyenda que un estrepitoso rayo cayó sobre una planta de agave, abriendo y cociendo su centro. Desde la lejanía, los nativos percibieron el penetrante aroma del néctar que emanaba y bebieron con temor el líquido, obsequiado por sus deidades. Así, según el mito, nace el mezcal, elegido por nuestros usuarios como la segunda bebida más representativa de México, la cual recibía la connotación de “llegada del cielo”.

Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XVI (cuando los españoles introdujeron el proceso de destilación -legado de los árabes-), que en México comenzaron a fabricarse y beberse alcoholes destilados, entre los que destacan el tequila, el aguardiente y el mezcal. Dentro de éstos, el mezcal es el más producido en el país debido a que cualquier lugar en donde se cultiven los agaves es ideal para su elaboración, dando lugar a sus diferentes clases las cuales dependen del maguey, del clima, de las técnicas de destilación y del recipiente utilizado para fermentar. El más conocido es el de Oaxaca, de donde se dice surgió la tradición mezcalera, misma que se sirve en su original presentación: un recipiente de barro negro sustentado por una canasta.

Aunque esta bebida surge también como medicina tradicional, a lo largo de la historia se le ha dotado de un carácter religioso y ritual, así como un manjar imprescindible en las fiestas de muchos pueblos indígenas del país, el cual se sirve en orden jerárquico y no se puede rechazar. Sin duda, una tradición líquida que ningún mexicano –o extranjero- puede dejar de probar.

3. El pulque



La tradición y la mística que rodea al pulque u octli, la bebida más tradicional del centro de México, surgen de la mitología de la época prehispánica. Este líquido de color blanco y gusto áspero era considerado como un manjar de carácter religioso que sólo podía ser consumido por personas mayores de 52 años y en ocasiones especiales.

El mito describe que el tlacuache -héroe que anteriormente había robado el fuego- también fue quien regaló a los hombres el secreto de la elaboración del pulque. Conocido como el primer borracho, el tlacuache descubrió los efectos del aguamiel fermentado y le enseñó a la humanidad a prepararlo. Dentro de la cosmogonía azteca, Tezcatzóncatl era el dios del vino (o pulque), el cual tenía a 400 sacerdotes consagrados a él.

Esta bebida alcohólica se elabora a partir de la fermentación del corazón de maguey o aguamiel mediante el proceso conocido como “raspado”, el cual es realizado por un “tlachiquero”. En éste, cuando el maguey llega a cierta edad, se le extrae el centro, dejando una oquedad que es raspada con un acocote -una especie de cuchara- permitiendo que suelte el dulce jugo. Éste se concentra en el hueco, el cual es absorbido y poco a poco depositado en una vasija llamada “odre” hasta fermentarse, en poco menos de 24 horas.

El pulque fue tan importante durante la Conquista que los impuestos recaudados por su venta y producción fueron uno de los pilares de la economía de la Colonia. Actualmente, esta bebida se sigue produciendo, principalmente en el estado de Hidalgo, donde aún se realizan los ritos y ceremonias de los antiguos pobladores cuando una planta produce aguamiel por primera vez.

Hoy el pulque es muy consumido entre las comunidades rurales que conservan los plantíos de magueyes, heredados por sus ancestros, siendo el producido en Apan el más famoso del país. Desde tiempos de la Colonia, esta bebida se vende y se consume en pulquerías, las cuales han formado parte de las descripciones de costumbristas e historiadores que relatan el folklor y la tradición que rodea a esta bebida que, antiguamente, era un placer ¡sólo disfrutable para los ancianos!

4. Las aguas frescas



El clima templado, y en algunos lugares en extremo caluroso, de la República Mexicana ha convertido a las aguas frescas en las bebidas no alcohólicas más populares y consumidas por sus habitantes, razón por la que fue elegida por nuestros usuarios como la cuarta más representativa a nivel nacional.

Elaboradas a partir de semillas de diferentes frutas, y en ocasiones endulzadas con azúcar, las más conocidas son las preparadas a partir de la chía, la jamaica, la horchata y el tamarindo. Mientras que la chía es una semilla autóctona, los demás frutos son originarios de otras regiones del mundo. Por ejemplo, el tamarindo es oriundo de la lndia, mientras que las hojas de la flor de jamaica son provenientes de África tropical, y la horchata –que en México se prepara con arroz y es aromatizada con vainilla y canela- se utilizó por primera vez en Valencia, España.

Sin embargo, la manera de prepararlas, de servirlas –en los enormes garrafones de vidrio o plástico, comunes en cualquier comedor y taquería- y de consumirlas, es meramente de nuestro país y conforma parte de la dieta diaria y una tradición abrigada por todos los mexicanos.

5. El tepache



Esta bebida de penetrante sabor, producida a partir de la fermentación de los azúcares de alguna fruta –en especial de la piña-, fue elegida en el quinto puesto por nuestros usuarios en redes sociales.
La palabra tepache procede del náhuatl “tepiatl”, vocablo que significa bebida de maíz debido a que, anteriormente –y actualmente en algunas comunidades indígenas-, era elaborada a partir de la fermentación de la masa de este cereal en agua y que incluso era utilizada para algunos cultos mayas. En el norte de México, es conocido como “Tesgüino” el cual es utilizado para motivos religiosos por los rarámuri o tarahuamaras, mientras que en el sur recibe el nombre de Pozol, reconocido por sus propiedades medicinales.

La elaboración del tepache requiere de cuatro días: en los dos primeros se dejan reposar trozos de pulpa y cáscara de piña en una olla de barro con clavos y canela, después se le agrega una mezcla de cebada y piloncillo, previamente hervidos, los cuales se dejan fermentar otros dos días.

Aunque ésta es una bebida muy común en el Distrito Federal, también es muy consumida, aunque con algunas variaciones, en Jalisco, Nayarit, San Luis Potosí, Puebla, Morelos, Oaxaca y Veracruz.
El refrescante sabor del tepache se ha convertido en un ingrediente básico en las fiestas y ferias regionales de muchas entidades, principalmente del centro y sur de México, ya que generalmente tiene un bajo nivel alcohólico ¡y un sabor único que no puedes dejar de disfrutar!

¿Conoces otras bebidas que puedan ser consideradas como representativas de México? Nos interesa saber tu opinión... ¡Comenta esta nota!

Por: Belén Gómez-Pereira  http://www.mexicodesconocido.com.mx/las-5-bebidas-mas-representativas-de-mexico.html

Cómo comenzar a disfrutar del vino

Adéntrate en la cultura del vino mexicano con estos sencillos pasos que especialistas sommeliers del 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya nos recomiendan seguir. ¡Da el primer paso!



Descubre la calidad y los sabores de los vinos a través de esta sencilla guía propuesta por expertos sommeliers que te convertirá en un experto y te permitirá dar tus primeros pasos en el mundo del vino.

1.- Deja de lado los prejuicios

Lo mejor para comenzar a adentrarte a la cultura del vino es dejando de lado todas aquellas ideas que no te animan a probar una copa de esta delicia. Algunos de los mitos que giran en torno al vino hablan de los altos precios o su exclusividad. Sin embargo, puedes probar vinos de muy buena calidad a precios muy accesibles (de $70 a $200 en tiendas) para todo el público.

2.- Prepara tus 4 sentidos: vista, olfato, gusto y tacto.

- Observa

Mediante la observación del tono del color de los vinos, te podrás dar cuenta de su tiempo de maduración y de sus sabores. Los vinos claros por ejemplo, son brillantes y transparentes, además de ser siempre jóvenes y poseen sabores más dulces. Los vinos obscuros, por su parte, tienen un mayor añejamiento y presentan sabores más fuertes. Esto te ayudará a saber qué tipo de vino te podría gustar valiéndote sólo de la vista.

- Huele

Después de observar e identificar los tipos de vinos, viene el segundo sentido: el olfato, con el cual debes explorar los aromas que podría desprender este elixir de la vid.
Aquí algunos de los numerosos aromas que puedes identificar en un vino:
- Frutos del bosque: fresa, frambuesa, zarzamora o cereza.
- Frutos tropicales: manzana, pera, piña, melón o plátano.
- Cítricos: naranja y limón.
- Maderas: roble, cedro o pino.
- Especias: clavo, pimienta o canela.
- Aromas florales
- Caramelo
- Miel
- Picante
- Chocolate
- Ajo
- Cebolla

- Saborea, siente y huele otra vez.

Lo normal después de percibir los aromas de un vino es que esperes que éste mantenga los mismos sabores, pero hay dos caminos: los vinos pueden realmente tener el sabor o sabores que esperas después de olerlo, o te pueden sorprender con sabores muy distintos a sus aromas. Por otra parte, el gusto va de la mano con el olfato y el tacto por las sensaciones que deja el vino en la boca y enriquece la experiencia de beberlo. Para poner en acción estos 3 sentidos te invitamos a realizar este sencillo ejercicio:
- Prueba el vino y muévelo dentro de la boca para que pase por toda la superficie de la lengua.
Posteriormente, permite el paso de un poco de aire por la boca (sin tragar el vino) para que tome los aromas y los lleve por dentro hacia la nariz. Esto te puede dar más detalles de los sabores del vino y a medida que vayas probando distintos tipos, podrás elegir aquellos que más te agraden.

3.- Temperatura

Para poder disfrutar de los vinos lo mejor posible, hay que degustarlos a la temperatura adecuada. En este caso las temperaturas difieren entre los vinos blancos, tintos y espumosos. Los especialistas recomiendan servir los vinos espumosos y blancos bien fríos, a una temperatura entre los 4° y los 6°, mientras que los tintos se recomiendan degustar a temperatura ambiente (alrededor de los 18°).

4.- Elige la copa adecuada

Es un hecho que existen diseños de copas casi para cada tipo de uva, para lo cual necesitarías una bodega entera para almacenarlas. Sin embargo, te presentamos estos tipos de copas que puedes utilizar de manera general dependiendo del tipo de vino.

- Vinos espumosos: el delicioso aroma de este tipo de vinos sólo se puede percibir si se mantiene conservado en la copa, sobre la superficie del líquido. Para ello, es necesaria una copa de silueta esbelta con borde estrecho en la parte superior.

- Vinos blancos y tintos: estos vinos necesitan estar unos minutos en contacto con el aire para liberar sus aromas, por lo que las copas amplias les permitirán respirar y liberarlos; a su vez, la chimenea no debe ser tan alta para evitar perderlos, ni tan baja como para percibir el alcohol que se encuentra justo en la superficie de varios tipos de vino.

5.- Lee la etiqueta

Por último, cerciórate de leer el nombre del vino que probaste, el año de su cosecha, lugar de origen y el tipo o tipos de uva que lo componen.
Estos datos son simplemente para ayudarte a identificar los vinos que te gustaron y a guiarte en la exploración de nuevos vinos de otra región pero de la misma uva, o viceversa. “La cuestión es jugar”.

Cortesía de la conferencia “Cómo comenzar a disfrutar del vino” impartida por el sommelier Carlos Jiménez en el 1er Festival del Vino Mexicano de la Riviera Maya.
altos precios



                         

La cava con más vinos mexicanos del mundo

Viaja a Xcaret, en la Riviera Maya, y descubre la cava con más etiquetas mexicanas del mundo. Más de 137 vinos nacionales y ¡todos a la venta!



En ningún otro lugar encontrará más etiquetas mexicanas, diferentes y juntas, 137 en total, y todas a la venta. ¿Dónde? Ni se imagina, en el parque temático Xcaret, en la Riviera Maya.

Se trata de una espectacular cava de 6 metros profundidad, 60 de largo, 3,000 metros cuadrados distribuidos en cuatro cámaras. Fue hecha a mano por artesanos y trabajadores de la región que saben trabajar la piedra como los antiguos mayas, dos años se llevaron para terminarla.

Pero lo que más nos llamó la atención, fue saber que era el único lugar en el mundo con tantas etiquetas mexicanas, todas muy especiales, que abarcan las regiones vinícolas en su totalidad. Por esto se puede decir que es la “embajada del vino mexicano”.

Dado que de 1987 para acá, comenzó una fuerte oleada del vino mexicano en el mundo, lugares como éste son apreciados por propios y extranjeros con cosechas que han sido multipremiadas con medalla de oro en Francia, por ejemplo. Ahí conocimos una etiqueta proveniente del Valle de Ojos Negros, Ensenada, de gran calidad (si la ve, ¡compre la botella!).

También se puede aprender a catar vino profesionalmente con ayuda del sommelier de la casa. Por tan sólo 260 pesos aproximadamente, ofrecen bocadillos y de tres a cinco diferentes vinos, con los que aprenderá mucho, sobre todo a diferenciar olores y sabores. También aprendimos muchos secretos, como el que las uvas de Zacatecas son de las mejores, y que las venden y procesan en otros lados, como la Malbec; o que los minerales con el frío forman cristales, éstos se convierten en azúcar y ésta en alcohol, con lo que se transforma el mosto; o que el vino estrella de Monte Xanic es Gran Ricardo; o que hay maridajes de balance y de contraste (el mole, por ejemplo, tiene tantos ingredientes que es imposible balancear).
Éste fue un hallazgo que no esperábamos encontrar en el sureste mexicano.

Por: Karla Otero: http://www.mexicodesconocido.com.mx/la-cava-con-mas-vinos-mexicanos-del-mundo.html

Para más infomación visite: www.xcaret.com.mx