martes, 28 de agosto de 2012

¿Una lista de vinos debería educarle o meramente adularle?

NUEVA YORK – Imagínese en una primera visita a un restaurante nuevo. Pudiera ser francés, griego, español, incluso estadounidenses, especializado en la cocina de cualquier país con una industria vinícola muy diversa.
 
¿Una lista de vinos debería educarle o meramente adularle?
 
NUEVA YORK – Imagínese en una primera visita a un restaurante nuevo. Pudiera ser francés, griego, español, incluso estadounidenses, especializado en la cocina de cualquier país con una industria vinícola muy diversa.

Hace su selección de platillos, quizá pidiendo a un mesero que describa algunos para ayudarle a decidir. Luego mira la lista de vinos, docenas de opciones todas congruentes con la etnicidad de restaurante. Ninguna botella parece conocida. ¿Qué hace?

A) Cierra los ojos, apunta al azar una botella y la pide.

B) Levanta las manos con desesperación y pide una cerveza (suponiendo que reconozca alguna entre las opciones).

C) Pide consejo al sommelier o a un mesero familiarizado con la lista.

D) Despotrica contra los sommeliers pretenciosos que crean listas de vinos esotéricos bajo la premisa ingenua de que su misión es educar a los clientes. ¡Bobos!

Si usted es Steve Cuozzo, el crítico de restaurantes de The New York Post, eligió la opción D. en una columna reciente titulada “Uvas amargas”, Cuozzo criticó duramente a los restaurantes con listas de vinos que describió como “100 por ciento inescrutables”. Mencionó a un par de restaurantes griegos con listas que estaban casi totalmente en griego. (Sorpresa: No le interesan los vinos griegos.)
Reservó un desdén particular por toda la lista en francés de Reynard en Williambsburg, Brooklyn, donde, escribió, no reconoció una sola botella entre casi 200 opciones.

Por el contrario, citó la lista de vinos en Cafe Boulud como admirable por ofrecer, entre cientos de botellas muy costosas, una sección de unos 60 vinos de una docena de países, todos de menos de 60 dólares.

La diatriba de Cuozzo cayó como un insecto grueso en una copa de elegante vino blanco Irouleguy. Blogueros y lectores de costa a costa debatieron su postura, muchos denunciándolo por desconocimiento e ignorancia. Un bloguero, posiblemente con sinceridad, elogió a Cuozzo por expresar la opinión de aquellos que no están “bien empleados o bien educados”.

Independientemente, la diatriba de Cuozzo planteó interrogantes cruciales que van directamente al meollo de la identidad de un restaurante. ¿Los restaurantes están obligados a ofrecer algo para todos? ¿O tienen el derecho de permanecer inflexiblemente fieles a una visión que podrá sonar misteriosa a algunos?

Comúnmente, esta pregunta se hace respecto de la comida. La mayoría de los restaurantes, sin importar que pudiera ser una afrenta a la aptitud creativa de un chef, ofrecen algunos platillos seguros para los clientes menos aventureros, como bistec o salmón. Pero la mayoría tiene sus límites.

Muchos buenos restaurantes italianos se niegan, por ejemplo, a permitir que los clientes mezclen y combinen pastas y salsas, sin importar cuánto rueguen. David Chang aconseja a los vegetarianos no arriesgarse con sus menús centrados en cerdo y pato. Father’s Office, una taberna de Los Ángeles, es famosa por no permitir “sustituciones, modificaciones, alteraciones o supresiones” en sus hamburguesas. Eso incluye la cátsup.

Los restaurantes no pretenden molestar a la gente. Incluso el chef más orgulloso y más rígido quiere que uno comparta una visión, no que se vaya descontento. Aprecio a los restaurantes que no son complacientes en tanto tengan éxito en sus propios términos.

Lo mismo aplica para los vinos. ¿Un restaurante debe ofrecer botellas que incluso el comensal más tímido reconozca? ¿O una lista de vinos puede reflejar el mejor concepto de sí mismo de un restaurante, sin importar cuán poco convencional sea?

El mundo está dominado por lo común y el mercado masivo. La mayoría de los restaurantes, incluso en la Ciudad de Nueva York, conforman una visión dominante de la comida y el vino. Por esa sola razón deberíamos celebrar a los que se desvían, no sentirnos amenazados por ellos. Si un restaurante es tan poco ortodoxo que uno se siente incómodo, abundan las opciones más convencionales.

Incluso los restaurantes con listas de vinos que parecen ser esotéricas están, viéndolos más de cerca, atados a lo conocido. Roman’s, un hermano estilo italiano de Reynard en Fort Greene, Brooklyn, ofrece una lista con muchas opciones italianas inusuales.

Usted puede ordenar un vino rosado de Frank Cornelissen, que produce vinos en el Monte Etna en Sicilia, que podría asombrarlo. También podría complacerlo. Es polarizador. Si parece riesgoso, un rosado de nebbiolo de Burlotto en Piamonte podría ser lo que busca. De ninguna manera es un vino ordinario pero no es poco reconocible.

Toda la lista es así. Muy probablemente no encontrará alguno de los vinos en un supermercado, pero tiene muchas mejores versiones de esos vinos de supermercados, incluso si son de productores poco conocidos.

La lista fue elaborada por Lee Campbell, que también hizo la lista francesa en Reynard. Ella ha trabajado en toda la industria vinícola, en ventas minoristas y para importadores, sirviendo vino en East Hampton y en Harlem. Es la última persona que buscaría denigrar a los clientes y ciertamente no está “de fiesta, haciendo un programa de televisión o de otro modo desaparecida” como lo expresó Cuozzo, al discutir a los sommeliers ausentes en sus comentarios en un blog.

“Siempre voy a tratar de dar a conocer a la gente vinos misteriosos con un buen valor”, dijo Campbell. “Para ser justa, tenemos una demografía aventurera”.

Demandar vinos comunes en un restaurante con un ambiente de nueva ola en Brooklyn es como expresar consternación porque la mesera tenga un tatuaje. ¿Un restaurante griego en Yorkville debería ofrecer un blanco sauvignon de Burdeos o Napa? Con una condición, en mi opinión: si el director de vinos creyera que estos vinos expresan el espíritu del restaurante; no porque fueran reconocibles para el cliente común. No tengo problemas con una lista totalmente en griego en un restaurante griego, en tanto alguien pueda responder a mis preguntas de manera inteligente.

Incluso la lista en Reynard es más conocida de lo que podría parecer al principio. Tiene Champaña y Muscadet, Vouvray y Chablis, Burgundy y Beaujolais tintos. ¿Estos vinos realmente son misteriosos? No son Bordeaux, sin embargo, lo cual quizá sea la verdadera objeción de Cuozzo.

Planteó un buen argumento. Los restaurantes con una lista de vinos poco conocidos deben poder discutir y explicar la lista en términos sencillos. Él piensa que esos restaurantes son raros, pero en mi experiencia el servicio de vinos ha mejorado exponencialmente en los últimos 20 años. La mayoría de los restaurantes que ofrecen listas poco convencionales lo hacen porque aman los vinos y aman hablar sobre ellos, en ocasiones demasiado.

El punto crucial para los clientes es sentirse libres de preguntar e insistir en respuestas sencillas si la respuesta parece rayar en casi una conferencia técnica. No son sólo los vinos de lugares misteriosos los que pueden causar incertidumbre. Incluso las listas totalmente estadounidenses pueden ser intrigantes. Me encanta la lista estadounidense en Buttermilk Channel en Carroll Gardens, Brooklyn. Sin embargo, si usted ordenara un Prince in His Caves 2009 de Scholium Project esperando un blanco sauvignon californiano típico, se asombraría por el vino turbio y de tinte naranja en la copa.
Muchas personas odiarían ese vino por su apariencia, y eso es grandioso. No me enloquece, pero prefiero por mucho un mundo y una lista que acepten al Scholium Project. El enemigo no son los vinos misteriosos o las listas desafiantes. Es el temor al vino.

Lee Campbell, the wine director at Roman's, introduces and pours a bottle of Valpolicella, an Italian blend, for customers in New York, July 31, 2012. Roman's offers a list with many Italian choices of wine. (Julie Glassberg/The New York Times)

Por Eric Asimov, The New York Times News Service/Syndicate, Última actualización: 21/08/2012
The New York Times

 

En la órbita del Sancerre

NUEVA YORK – Todos conocen el Sancerre. Ese es un problema entre algunos vanguardistas del vino, para quienes la familiaridad engendra desdén.
 
 
En la órbita del Sancerre
 
 
NUEVA YORK – Todos conocen el Sancerre. Ese es un problema entre algunos vanguardistas del vino, para quienes la familiaridad engendra desdén. He escuchado cómo se desprecia al Sancerre como una especie de producto casero, que indica timidez en un mundo exclusivista que evalúa la personalidad y el estatus por medio de la selección de una bebida.

¿Por qué el vino debería ser diferente? Otros objetos de consumo (el teléfono que uno porta, el auto que conduce, los zapatos que usa) connotan información importante sobre el carácter personal. ¿El vino también debería hacerlo?

Estoy totalmente en contra del juego de las connotaciones.

Sin duda el Sancerre a menudo es pedido por pereza distraída, de la misma manera en que muchas personas piden una copa de chardonnay. Pero quiero juzgar al vino por lo que es, no por lo que podría representar. Según ese estándar, el Sancerre – el buen Sancerre – ofrece una de las expresiones más puras, más complejas y más deliciosa de la uva sauvignon blanc en el planeta. Me encanta.

Sin embargo, no siempre me encanta pagar los precios del Sancerre. En los últimos 20 años, conforme ha aumentado la cultura de la viticultura y la vinicultura en el Valle del Loira, también lo han hecho los precios. Lo que era un vino de bistro poco costoso ahora generalmente cuesta mínimo 25 dólares por un cuvée básico de un buen productor, y a menudo de 10 a 15 dólares más.

Una solución excelente es comprar satélites del Sancerre, denominaciones dentro de la órbita de Sancerre que también producen vinos sauvignon blanc. Esto significa principalmente Pouilly-Fume, bien conocida por su propio derecho, pero también las denominaciones del Loira más pequeñas de Menetou-Salon, Quincy y Reuilly.

El Pouilly-Fume en particular puede ser tan picante y refrescante como un buen Sancerre, y en el mejor de los casos puede exhibir una mineralidad similarmente deslumbrante que testifique la feliz combinación de la sauvignon blanc con suelos de creta, sílex y caliza. Y con una notable excepción superestelar, generalmente son al menos unos cuantos dólares más baratos. Las otras denominaciones, aunque quizá no tan exaltadas como Pouilly-Fume, también pueden ser fuentes excelentes de vinos deliciosos.

El panel del vino probó recientemente 20 botellas de satélites de Sancerre. Para la cata, a Florence Fabricant y yo se nos unieron Jordan Salcito, el director de vinos del Crown en Upper East Side, quien pronto renunciará para unirse a un nuevo proyecto de restaurante, y Andre Compeyre, el director de vinos en Benoit en Midtown.

Todos nos sentimos altamente complacidos por los vinos. En vez de exhibir los picantes sabores frutales más típicos en los sauvignon blancs de Nueva Zelandia, estos eran vinos sutiles y matizados con un énfasis en sabores cítricos, herbales y minerales. Encontramos un par de atípicos llamativos, pero esto se debió en su mayor parte a variaciones de cosecha.

Catorce de las botellas provinieron de Pouilly-Fume, al este de Sancerre en el lado opuesto del Loira, con dos de Menetou-Salon, justo al oeste de Sancerre, y dos de Quincy y Reuilly, ambos un poco más al suroeste. De estos, 13 botellas provinieron de la excelente cosecha de 2010; cuatro fueron de 2011, un año inconsistente, y tres de la muy madura cosecha de 2009.

Déjenme tomarme un momento para un recordatorio de servicio público: Los buenos vinos cambian con el tiempo; las catas a ciegas como ésta son instantáneas, registrando las impresiones rápidas en un momento en particular de su evolución. Son menos útiles para hacer declaraciones amplias sobre productores y sus vinos en comparación con otros.

Por ejemplo, nuestra botella No. 1 fue el fragante y chispeante Cuvee le Charnay Menetou-Salon 2010 de Jean-Max Roger. Me encantaría beber este vino esta noche. ¿Pero eso significa que Jean-Max Roger es el mejor productor entre los 20 que probamos, o que Menetou-Salon es la mejor de estas denominaciones?

No, eso sería apostar demasiado a una sola cata, cuando años de beber vinos de otros productores y denominaciones en la región sugieren otra cosa. ¿Qué puede concluirse de manera razonable? Jean-Max Roger es un productor muy bueno, al cual vale la pena seguir, y su Menetou-Salon 2010 es fresco y chispeante.

Por el contrario, nuestra botella No. 5 fue el Didier Dagueneau Blanc Fume de Pouilly 2009, la cuvée básica de una bodega ampliamente considerada como uno de los más grandes productores de sauvignon blanc del mundo. Desde que Dagueneau murió en un accidente de aviación en 2008, los vinos los hace su hijo Louis-Benjamin Dagueneau, que ha continuado muy bien el trabajo de su padre.

Esta botella tuvo algo de las características distintivas de la grandeza Dagueneau – riqueza, densidad, complejidad y textura – pero careció del sentido usual de precisión y enfoque, lo cual muy probablemente refleja la cosecha 2009.

En el contexto de esta cata, preferimos al Roger y otras tres botellas al Dagueneau. Pero yo no concluiría que esos otros productores hacen vinos mejores o más evocadores que Dagueneau; sólo que el 2009 no mostró a Dagueneau en la cúspide de su brillantez. Como podrían suponer, no soy fanático de los 2009 en general, a los cuales encuentro grandes, frutales y carentes de la sutileza y equilibrio de los 2010.

Dicho sea de paso, el Dagueneau fue por mucho la botella más costosa en la cata en 90 dólares. (La he visto con precios que oscilan entre 65 y 100 dólares.) Ya que todas las otras botellas en nuestra lista eran de entre 17 y 24 dólares, esto testifica el respeto que Dagueneau tiene y los precios que sus admiradores están dispuestos a pagar.

Aunque el Dagueneau es para ocasiones especiales, abundan las opciones diarias excelentes, como el Pouilly-Fume 2010 de Michel Redde por 24 dólares, fresco, estructurado y vivaz, y el Pouilly-Fume 2011 de Cedrick Bardin, chispeante y persistente con una especie de acritud limitada.

Me impresionó particularmente el Pouilly-Fume 2011 de Jonathan Pabiot, un productor prometedor cuyos vinos no había probado antes. Este vino, que dividió al panel, parecía tan transparente que trascendió las características de la uva a favor del terroir. Si uno no tuviera idea de lo que contenía la copa, pensaría incluso que era un Chablis, donde el suelo es similar.

Al final, la proporción de las denominaciones en nuestros 10 favoritos reflejó a la cata con precisión, con siete Pouilly-Fumes y uno de Menetou-Salon, uno de Reuilly y uno de Quincy. Como el Dagueneau, el Domaine de Reuilly Les Pierres Plates 2009 mostró la madurez de la cosecha, aunque los picantes sabores cítricos y herbales fueron contenidos por una latente mineralidad. El Quincy 2010 provino de Domaine Mardon, uno de los productores más confiables en esta pequeña denominación.

Lo que destacó en la cata fue la vitalidad de los vinos y la región, el Reino del Sauvignon Blanc, como le llama Jacqueline Friedrich en el Volumen 1 de su excelente libro reciente, “Earthly Delights From the Garden of France” (Delicias terrenales del jardín de Francia).

No importa cuán bien piense que sabe de vinos, estos hacen que valga la pena que sepa más.

Por Eric Asimov, The New York Times News Service/Syndicate, Última actualización: 27/08/2012
The New York Times


 

viernes, 24 de agosto de 2012

1a Feria del Vino y el Queso Coyacan

1a Feria del Vino y el Queso Coyacán, Mexico

1a Feria del Vino y el Queso Coyacan


Una vez más en la Ciudad de México habrá una ocasión para degustar diferentes vinos, quesos y otros productos artesanales que se producen en el país, ¡No te la pierdas!

Lugar: Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles

Dirección: Francisco Sosa #c 202, Coyoacan, México, D. F.

Fecha: 24, 25 y 26 de Agosto 2012

Horario: 11:00 a 20:00 hrs.

Precio: Entrada a la Feria gratis (registro previo). Link para realizar el registro

Programa de catas con un costo de $200, las reservaciones inician el 10 de agosto.
*Selecciona una fecha
         
                             
*** BOLETOS DISPONIBLES ***

miércoles, 22 de agosto de 2012

Chile y un vino muy particular que atrae a los turistas

El enólogo británico  Ian Hutcheon aficionado a la astronomía creó en Chile una variedad única de vino, el "Cabernet sauvignon meteorito", un brebaje que según su inventor trae a la Tierra el sabor del Universo.

Vino meteorito3

Intentando darle un elemento diferenciador al vino que ya producía en la pequeña bodega que tiene en el poblado de San Vicente de Tagua Tagua (120 km al sur de Santiago) y unir dos de sus más grandes pasiones, la astronomía y la enología, el empresario Ian Hutcheon intentó una mezcla jamás explorada.

CABERNET SAUVIGNON Y UN METEORITO

Un día cualquiera, escogió un vino elaborado con cepa cabernet sauvignon e introdujo un milenario meteorito en la barrica, dejándolo madurar por 12 meses. El resultado del experimento lo sorprendió. Según asegura, el meteorito le cambió el color y potenció el sabor del vino.

"Nos dimos cuenta de que aparte de cambiar un poco el color, también cambiaba el vino, los sabores se resaltaban. Fue una grata sorpresa", señala incrédulo Hutcheon, propietario de la bodega Tremonte donde desarrolló el brebaje, y de un pequeño observatorio astronómico para turistas.

UN METEORITO CON UN LARGO RECORRIDO

El meteorito en cuestión se lo obsequió un amigo suyo que los colecciona y le donó uno de los que había encontrado en el desierto de Atacama, en el norte de Chile.

La piedra, de color negro y mucho más pesada que una roca de su tamaño, "se formó con el nacimiento del Sistema Solar, orbitó en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, y cayó en la Tierra", cuenta Hutcheon.

UN BREBAJE QUE ATRAE A LOS TURISTAS

"Yo no quería cambiarle el sabor del vino, sólo quería encontrar una forma más física que simbólica de unir la astronomía con la enología", agrega el original enólogo británico.

De momento, no tiene estudios que respalden el cambio físico producido en el vino, pero el brebaje ha gustado a los turistas que concurren a las instalaciones y que han propiciado un boca en boca muy particular.

TIPS DEL VIAJERO

1 El resultado despertó también curiosidad en científicos de Estados Unidos y México, que le solicitaron muestras del vino para analizar las reacciones químicas producidas por el meteorito, que Hutcheon sostiene con unas delicadas pinzas y guarda celosamente en un maletín negro.

2 La primera versión del 'Cabernet sauvignon meteorito' fue elaborada con una cosecha de 2010 y alcanzó a una producción de 15.000 botellas. Hoy Hutcheon dice tener pedidos de España, Inglaterra, Canadá, República Checa, e Irlanda.


Preguntas sobre el vino y la uva


El vino es siempre actual y sofisticado, además de que su uso se ha extendido a escala global en los últimos años. Pilar Meré, sommelier y coordinadora de promoción del Comité del Vino Mexicano (que forma parte de la Asociación Nacional de Vitivinicultores), considera que gran parte del secreto está en la uva.
  
¿Hay vinos que no sean de uva?

No en sentido estricto. Sólo se llama vino a la bebida que utiliza la uva como materia prima. Existen fermentados de muchas frutas como chabacano y durazno, en diferentes países, a éstos generalmente les llama licores.

Por ejemplo lo que se llama vino japonés es un fermentado de arroz. Otro ejemplo es nuestro tepache que se hace con piña. En cuanto al vino, los institutos internacionales definen esta bebida como la fermentación parcial o total de la uva, o de mosto, que tiene entre 9.5 y 14.5 grados de alcohol.

¿Por qué el vino se hace de uva?

Primero, porque estaba a la mano en su lugar de origen, la cuenca del Mediterráneo. Después porque es una fruta que hace una fermentación muy eficiente. Cuando una uva está madura, rompe su cáscara y las levaduras que están en la pruina (cáscara) trabajan con el azúcar de la pulpa. Ese líquido, que emana por el proceso de fermentación, se convierte en alcohol de manera natural.

¿En qué se diferencia hacer vino, de elaborar otras bebidas como la cerveza?

Ambas son bebidas de uso moderado que contienen un 80 por ciento de agua. El vino genera el agua de manera natural, mientras que a la cerveza hay que añadírsela. Ambos productos son fermentados, pero la cerveza necesita fermentarse de manera artificial porque sus levaduras no tienen suficiente azúcar para provocar esa transformación de manera natural. Para hacer cerveza de malta se tiene que cocinar el cereal; después se deshidrata y se vuelve a hidratar.

¿Por qué el gusto por el vino se ha extendido tanto?

En un principio, en Europa, era mejor tomar vino que agua porque ésta solía estar contaminada. Después por la migración europea a otros continentes y el los últimos años por el proceso de globalización.

¿Qué tanto se parece el vino que tomamos hoy al de otras épocas?

Menos de lo que imaginamos. El vino es un producto vivo que está en constante evolución. Además de que las cepas se han diversificado, tanto las técnicas en los viñedos como en la vinificación y el añejamiento añaden rasgos específicos a cada producto, lo que permite que haya vinos de diferentes tipos y categorías.

¿Cualquier uva sirve para producir vino?

La uva que se utiliza para hacer buen vino es la vitis vinifera porque contiene una concentración muy alta de azúcar, lo que permite hacer una fermentación con más alcohol. Las diferentes cepas como cabernet sauvignon, shiraz, chardonnay, garnacha, etcétera, son otras tantas expresiones de esta uva.

¿Cómo influyen en la uva el tiempo y la temperatura?

Sobre todo en que la fermentación de la uva puede tener un buen o mal resultado. Por otra parte el calentamiento global ya empieza a modificar los microclimas y a afectar estos procesos.
De hecho, un ejemplo actual del efecto del cambio climático es el caso de los viñedos españoles, específicamente los de la Rioja, en los que se utiliza el riego para retrasar el proceso de fermentación de la uva. También se está practicando el cultivo de vides en laderas de más altura para contrarrestar el problema. Por otra parte, los vitivinicultores de Inglaterra e Irlanda han empezado a producir vinos con características mediterráneas.

La especialista termina diciendo: “El vino es un reto y un tema inagotable”. Su producción no está desligada de nuestro estilo de vida ni de nuestros descubrimientos, avances y retrocesos”. Y sin duda, cada vez que levantamos una copa nos enfrentamos a una incógnita y una promesa.

Fuente AltoNivel

Chile, paraíso de vinos



Bodegas, casas patronales y campos repletos de vid, son algunas de las paradas indispensables en la ruta cargada de historia y cultura, de sabores y aromas. Aquí, en cada paso, se conoce un detalle que revela los secretos y los exquisitos pormenores en la fabricación del vino chileno, uno de los mejores del mundo.

Al recorrer sus valles, no sólo se conoce el proceso de elaboración y se regocija al paladar con exquisitos tintos y blancos, sino que también se descubre la tradicional vida rural del hombre chileno.

Chile posee once rutas, que van por los principales valles productores de vino, donde sus visitantes tienen la posibilidad de conocer las propiedades de esta bebida y sus atractivos naturales junto con las tradiciones de los campos. Cabe destacar, que las condiciones climáticas del territorio y su geografía otorgan el ambiente perfecto para el cultivo.

Valle del Aconcagua
Es esta zona existen viñas especialistas en los mejores vinos que se conocen a nivel mundial, además, se utilizan las antiguas maquinas para el proceso del vino dulce, lo que atrae aun más a los visitantes. Una de las variedades que más sobresale es la Syrah que se convirtió en emblemática de este lugar.

Valle del Maipo
En plena Región Metropolitana se encuentra una de las zonas con más tradición vitivinícola del país, a un costado del Río Maipo. Aprovechando el clima mediterráneo, con heladas en épocas especificas, producen los vinos más finos del país, en especial la cepa del Cabernet Sauvignon que sobresale con su intenso color, delicados aromas y tonos frutales. Son 22 los prestigiosos viñedos que componen esta ruta. Entre ellas las más sobresalientes son Viña Cousiño Macul, Concha y Toro, Santa Rita, Undurraga y Ventisquero.

Valle de Colchagua
Este valle fue el primero, en 1996 de desarrollar la idea de la Ruta del Vino para fomentar el turismo vitivinícola. Los viñedos se encuentran en las laderas montañosas, acompañadas por microclimas cálidos pero bañados con abundante agua de los ríos Tinguiririca y Colchagua, lo que proporciona excelentes cepas de tinto donde sobresalen el Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Carmenère y Malbec.

Valle de Itata
Una zona cuyo orígen viticultor data de La Colonia, cuando los jesuitas traían las mejores cepas desde España y comenzaron a plantarlas. Este valle es el último que se encuentra al sur de Chile, cercano al mar, permitiendo que sus viñedos tengan vista el mar y sean a poca altura ideal para la producción de cepas de blanco. Las actuales plantaciones dan abundantes cosechas de País, Moscatel de Alejandría, Cabernet Sauvignon y Chardonnay, de excelente calidad.

Valle de Curicó
Es el segundo lugar donde más se produce vino en Chile. Sus excelentes condiciones climáticas, con abundante sol y frescas noches, permiten que los sabores y aromas de las variedades blancas sean incomparables, en especial el Sauvignon Blanc y Chardonnay.

Un recorrido cargado de buen sabor. ¡Salud!... ¿Un Merlot, un Cabernet, un Sauvignon Blanc o un Chardonnay?... Tú escoges…

Fuente:  AltoNivel


Más sobre el astrónomo inglés que creó su primer vino con un 'Meteorito'


'Meteorito', un  Sauvignon, es la creación de Ian Hutcheon nacido en Norwich, Norfolk, en el Reino Unido. Ian ha estado involucrado con los vinos, así como la astronomía, y siempre quería encontrar una manera de combinar sus dos máximos intereses en la vida.
 
 
Este hombre ahora trabaja en Chile, donde es propietario de un viñedo en el Valle del Cachapoal. Fuera de su pasión por el espacio exterior, por cierto también abrió un observatorio en 2007 llamado el Centro Astrononomica Tagua Tagua, este hombre es un amante absoluto del buen . Su viñedo es actualmente el lugar en el mundo donde puedes comprar el vino Meteorito, la creación de Hutcheon. 

El proceso para hacer este vino resultó no ser tan complicado. Todo comenzó con la recolección de uvas Cabernet Sauvignon de la viña Tremonte Hutcheon en abril de 2010. El proceso inicial de elaboración del vino era bastante básico, la fruta se fermentaba durante 25 días para convertir el azúcar de uva en alcohol. El siguiente paso, y el más importante en la creación de Meteorito fue el de la fermentación maloláctica, que duró todo un año. Durante este paso, el vino se almacena en un barril de madera junto con un meteorito durante 12 meses largos. Después de acabar el año este vino empapado de meteoros se mezcló luego con otro lote de Cabernet Sauvignon. 


Así que lo que básicamente tenemos aquí es un vino que se ha reservado en una pieza muy antigua de una roca del espacio exterior. Según Hutcheon, él cree que el vino ha alcanzado un "sabor vivo" con la adición de la roca. Él dice que su proyecto era un esfuerzo por "dar a todos la oportunidad de tocar algo que viene desde el espacio exterior, la propia historia del sistema solar, y siento que a través de un gran vino se ha logrado"."Cuando usted bebe este vino", añade, "está tomando elementos del nacimiento del sistema solar", sentenció el científico. 


Alrededor de 10 mil litros de este especial vino se han hecho hasta ahora. El meteorito tiene tres pulgadas de largo y no pertenece a Hutcheon, pero un coleccionista estadounidense que no se oponía a que tuviera un uso especial lo donó. Si bien el propio dueño cree que el meteorito data de 4,5 millones de años, se cree que se estrelló hace seis mil años en el desierto de Atacama, en el norte de Chile.




TARINGA


martes, 21 de agosto de 2012

¿Un vino hecho de meteorito?

Vino meteorito resulta

Astronómo decide entrar a la producción vinícola y le añade una piedra del Sistema Solar.

La viña chilena Tremonte creó el vino “Meteorito”, un cabernet sauvignon que ocupa en su inédita elaboración una roca de material ferroso de seis mil millones de años de antigüedad, informó hoy la edición digital de El Mercurio.
El periódico chileno señaló que el meteorito utilizado en el proceso vitivinícola es uno de los más antiguos que se han descubierto en este país sudamericano, roca gris y pequeña que es sumergida en los caldos para, supuestamente, otorgarle un carácter especial.
La primera partida del vino “Meteorito”, creado por el físico inglés y enólogo amateur Ian Hutcheon y lanzado en diciembre pasado, contempló 10 mil botellas y para la cosecha 2012 ya hay 70 mil litros esperando ser envasados.
Hutcheon, quien además es astrónomo de vocación, llegó a Chile hace 20 años y tuvo altos cargos en varias viñas hasta que en 2009 se asoció con cuatro amigos canadienses en un fondo de inversión para comprar terrenos vitivinícolas en varios millones de dólares.
El enólogo aficionado apuntó que un día decidió unir sus dos aficiones: los vinos y los astros, y se le ocurrió la idea de sumergir en el caldo un meteorito que se formó junto al Sistema Solar.
De acuerdo con las catas a ciegas realizadas, la roca “potencia sutilmente” los sabores del vino, haciéndolo “más fresco”, aunque sus propiedades están siendo investigadas por un equipo científico de la estadounidense Universidad de San Diego.

Por: Redacción Quo
Fuente: Notimex

Tomar champaña puede salvarte de un paro

Champagne resulta


El director del Club de Vino Vinarmoni en México, asegura que tomar una copa ayuda al buen funcionamiento del corazón, ya que contiene polifenoles, sustancia que generan el ensanchamiento de los vasos sanguíneos y reducen la presión arterial.

Al igual que el vino tinto, que también está hecho con uva, tienen propiedades que previenen accidentes cerebrovasculares e infartos. 

De acuerdo con el sommelier esta es una de las bebidas más consumidas por mujeres ya que contiene antioxidantes, los cuales retrasan el envejecimiento celular.

Los aminoácidos que contiene la uva, favorecen la humectación de la piel. Además de que contiene resveratrol y leucoantocianina, que estimulan la renovación celular y potencian la vitamina E.
Otra de las sustancias de esta fruta es el ácido hialurónico, polisacárido natural que hidrata y revitaliza el ciclo celular, lo que restituye la suavidad en el rostro.

Por: Redacción Quo

jueves, 16 de agosto de 2012

Fue inaugurado en Baja California el Museo de la Vid y el Vino


A inicios de este mes fue inaugurado en el Valle de Guadalupe, Baja California, el Museo de la Vid y el Vino, con la presencia del presidente Felipe Calderón. Se trata de un edificio impresionante dedicado al vino de la región, que requirió una inversión de 45 millones de pesos. Su diseño arquitectónico, concebido por el arquitecto ensenadense Eduardo Arjona, auna lo estético a una distribución funcional para la ejecución de su museografía.

Eduardo Arjona.
A la altura de otros grandes museos del vino como el de Vivanco en Rioja, al de Baja California se le destinaron casi 3 hectáreas de terreno, cedidas por Luis Cetto, Presidente de la vinícola L.A. Cetto. El área construida actualmente es de 1,440 metros en cada una de sus dos plantas. La inversión corrió a cargo de los gobiernos estatal y federal y administra la institución el Patronato del Museo de la Vid y el Vino de Baja California, formado con ese propósito.

La museografía fue elaborada con el aporte de alrededor de 80 bodegas de la región. Para Gabriel Díaz García de León, su director, significa un detonante cultural, social, económico y de fortalecimiento del turismo en la región, la cual busca posicionar a Ensenada como Capital del Vino en nuestro País.

En la primera sala se puede seguir la historia del vino en la región y en el mundo, su evolución en Baja California, la expansión de finales de los años 1980 y en la década de 1990, cuando detonó la proliferación y apertura de grandes, medianos y pequeños productores. La sala siguiente está destinada al proceso de elaboración del vino, incluyendo el trabajo en el viñedo, con paneles demostrativos y pantallas interactivas en las que se puede también observar descripciones de bodegas.

En la tercera sala, dedicada a la cultura dle vino, hay una enoteca con cerca de 298 botellas de distintos productores de la región, y una especie de diccionario con los términos coloquiales más habituales en el vino, descripción de cepas de uvas, instrucciones de cómo catar y un histórico de las fiestas de la vendimia.

El museo ocupa la planta baja del edificio, mientras que en el primer piso hay dos salones para convenciones, reuniones sociales y ejecutivas, con capacidad para 500 personas, y otro par de salas pequeñas para catas o juntas. También los visitantes pueden deambular por su jardín temático al aire libre y próximamente incorporará biblioteca, sala de investigación documental, tienda de vinos, galería para exposiciones temporales y tienda de artículos promocionales.

Actualmente se produce en Baja California el 90 por ciento del vino del país, lo cual representa unos 14 millones de litros.

ago 15, 2012 // by fernanda.balmaceda

LOS VINOS DE FREIXENET DE MEXICO

Fotos de Bodegas Freixenet, Pacs del Penedès
Esta foto de Bodegas Freixenet es cortesía de TripAdvisor

Cata "ciega" de vinos espumosos y tranquilos

LOS VINOS DE FREIXENET DE MEXICO

Excelente calidad de los vinos mexicanos

Miercoles, 15 de Agosto de 2012
Miguel
Freixenet de México es una bodega vitivinícola fundada en el estado de Querétaro, en el año 1986. Desde entonces la producción mayoritaria es de magníficos vinos espumosos, elaborados conforme al "Método Tradicional", en el cual la segunda fermentación tiene lugar en la botella en que es puesta a la venta. Igualmente, la produccón de vinos tranquilos es digna de encomio.
El vino es la bebida dietética más importante
de uso continuo en la historia de la humanidad.
ANDRÉ TCHELISTCHEFF
(1901-1994)
El Grupo Enológico Mexicano ha realizado, desde enero de 1995 y hasta el día 13 de agosto de 2012, doscientas veintiún catas “ciegas” de vinos, de diecinueve países. En ese crecido número de degustaciones, tendientes a conocer las cualidades y características organolépticas de los caldos evaluados, se han registrado repeticiones en la presencia de las empresas participantes. Este es el caso de la bodega vitivinícola Freixenet de México ---sita en el municipio de Ezequiel Montes, en el estado de Querétaro---, cuyos vinos han sido analizados previamente en cinco ocasiones, siendo la sexta la correspondiente a la cata número 221, celebrada el lunes 13 de agosto de 2012, a la cual hago referencia en este artículo. El hecho de que hayan tenido lugar estas seis catas señala, de manera ostensible, la confianza que los sucesivos directivos de esta bodega mexicana, ubicada en las proximidades de la población de Tequisquiapan, han tenido en las evaluaciones realizadas por los catadores del Grupo Enológico Mexicano. Igualmente son numerosas las visitas a la hermosa Finca Doña Dolores --sede de Freixenet de México---, realizadas por los miembros de esta agrupación de enófilos, en ocasión de diversas festividades enológicas, en las cuales han sido degustados los vinos de esta acreditada empresa vitivinícola mexicana.

Esta es la relación de esas degustaciones analíticas. En la cata “ciega” número 114, celebrada el domingo 13 de febrero de 2005, fueron degustados cuatro vinos a la orilla de Lago de la Luna, en el cráter del Nevado de Toluca, a una altitud de 4.216 metros sobre el nivel del mar. Esta fue la segunda cata (de las quince que han tenido lugar hasta ahora) en la alta montaña de México, en un paraje geográfico cuyas coordenadas fueron registradas en el aparato denominado General Positioning System (G.P.S.) con estas cifras: 19°07’57.2’’ Latitud Norte y 98°38’58.7’’ Estas catas a grandes alturas han permitido apreciar los cambios que tienen lugar en los vinos, ya que al disminuir el peso de la atmósfera en el interior de la copa (en esos elevados parajes montañosos la presión barométrica corresponde a un sexto de la que existe a nivel del mar) los ésteres y los aldehídos de los vinos se liberan de manera más acentuada, y con ello es posible detectar que los aromas son percibidos por los catadores con mayor intensidad. En esta degustación participó Josep Antón Llaquet, a la sazón enólogo y gerente de Freixenet de Mèxico.
 
Un año más tarde, en la cata número 131, que tuvo lugar en un salón del hotel Marquis Reforma, el lunes 27 de marzo de 2006, fueron catados seis vinos. En la cata 158, del martes 25 de marzo de 2008, realizada en el mismo sitio, la degustación fue de ocho vinos. Para la cata número 169, la décimo segunda en la alta montaña, el paraje montañoso elegido fue el que lleva por nombre Altzomoni, frente a la Iztaccíhuatl, a una altitud de cuatro mil metros sobre el nivel del mar. El domingo 8 de febrero de 2009 allí catamos cinco vinos de esta bodega mexicana, y uno de los catadores fue Jordi Fos, a la sazón enólogo y gerente de Freixenet de México.

Un mes más tarde, el sábado 21 de marzo de 2009, se llevó a cabo la cata número 171, que vino a ser la Primera Cata en México en Globo Aerostático, en la población de Tequisquiapan, Querétaro. En cuatro globos los catadores del Grupo Enológico Mexicano, acompañados por Jordi Fos, ascendieron a una altura de mil metros sobre el nivel del suelo, y a bordo de esos vehículos aéreos efectuaron la cata de tres vinos: un espumoso, un blanco y un tinto.

Cabe agregar que el día 10 de noviembre de 1986 fue inaugurada la planta Freixenet de México, sita en las goteras de la población de Ezequiel Montes, en el kilómetro 40.5 de la carretera San Juan del Río a Cadereyta. Las cavas subterráneas ocupan una parte del predio rural de cincuenta hectáreas, (sembradas de las siguientes variedades; Ugni Blanc, Macabeo, Merlot, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Pinot Noir), y se ubican a una profundidad de veinticinco metros, donde la temperatura es casi constante de doce grados centígrados durante todo el año. Allí reposan aproximadamente cuatro millones de botellas.

La producción de los vinos tranquilos representan el 5 % del total (75.000 litros), y el de vinos espumosos (elaborados conforme al Método Tradicional, antaño denominado Método Champenoise) corresponde al 95% (cantidad equivalente a 1.5 millones de litros.

La cata “ciega” mensual número 221 del Grupo Enológico Mexicano, correspondiente al mes de agosto de 2012, tuvo lugar en el salón “Decanter”, del hotel St. Regis México City. Ese día fueron degustados ocho vinos de Freixenet de México, bodega de la cual es ahora gerente el enólogo catalán Lluis Raventós Llopart, recién llegado a México, en substitución de Jordi Fos, quien retornó a su natal Cataluña a ocupar un puesto directivo en la empresa matriz Freixenet..

La Mesa de Catadores estuvo integrada esa tarde por los siguientes enófilos: Patricia Amtmann, Alejandra Vergara, Raymundo López Castro, José del Valle Rivas, Gustavo Riva Palacio, Darío Negrelos, Mauricio Romero, Carlos Ruíz, Roberto Quaas Weppen y Miguel Guzmán Peredo.
Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.

Los resultados fueron los siguientes:

Vinos espumosos:

1.- Viña Doña Dolores Chardonnay Brut Nature. S/A Monovarietal 100% Chardonnay. 12.5% Alc. Vol. Crianza mínima de 12 meses en botella, sobre las lías, después de la segunda fermentación. Calificación: 85.00 puntos. Precio: $230.00

2.- Viña Doña Dolores Brut Nature Gran Reserva. S/A Coupage de 40% Saint Emilion, 40% Macabeo, 15% Chenin Blanc y 5% Pinot Noir. 11.5% Alc. Vol. Crianza mínima de 24 meses en botella, sobre las lías, después de la segunda fermentación.. Calificación: 84.50 puntos. Precio: $185.00

2.- (Empate) Viña Doña Dolores Dulce. S/A Coupage de 40% Saint Emilion, 40% Macabeo, 15% Chenin Blanc y 5% Pinot Noir. 11.5% Alc. Vol. Crianza mínima de 18 meses en botella, sobre las lías, después de la segunda fermentación. Calificación: 84.50 puntos. Precio: $131.00

3.- Viña Doña Dolores Rosé Brut Nature. S/A Coupage de 90% Pinot Noir y 10% Macabeo. 12.5% Alc. Vol. Crianza mínima de 18 meses en botella, sobre las lías, después de la segunda fermentación. Calificación: 82.50 puntos. Precio: $146.00

Vino Blanco:

1.- Viña Doña Dolores Chardonnay, cosecha 2009. Monovarietal 100% Chardonnay. 12.5% Alc. Vol. Crianza de 1 a 3 meses en barrica. Calificación: 88.40 puntos. Precio: $125.00

Vinos Tintos:

1.- Viña Doña Dolores 4 Regiones, cosecha 2009 Coupage de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Malbec, Tempranillo, Merlot y Syrah (uvas procedentes de Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Zacatecas). 12.5% Alc. Vol. Crianza de 4 meses en barrica nueva francesa y estadounidense. Calificación: 86.40 puntos. Precio: $ 297.00

2.- Viña Doña Dolores Gran Reserva, cosecha 2006 Coupage de 60% Cabernet Sauvignon y 40% Malbec. 12.5% Alc. Vol. Crianza de 14 meses en barrica de roble estadounidense y posterior reposo en botella durante 10 meses. Calificación: 84.70 puntos. Precio: $ 233.00

3.- Viña Doña Dolores Crianza, cosecha 2009 Coupage de 60% Cabernet Sauvignon y 40% Malbec. 12.5% Alc. Vol. Crianza de 8 meses en barrica estadounidense y posterior reposo en botella durante 8 meses. Calificación. 82.70 Puntos. Precio: $184.00

Al finalizar la cata evaluativa los catadores disfrutaron de una exquisita cena, preparada por Sergio Esquivel, Sous chef del hotel St. Regis México City. Primeramente un Amuse Bouche. A continuación una delicia, Caracoles en mantequilla de perejil y estragón. El platillo principal fue Filete Mignon a la parrilla, con salsa de pimienta, Spätzle y champiñones rostizados (un manjar de señalada sabrositud) , Concluimos con el postre: Coco Cassis con pan de especias, mousse de caramelo, sorbete de coco y jarabe de marrasquino, y con un aromático café express. Los vinos para acompañar estos guisos fueron Viña Doña Dolores Chardonnay Brut Nature, Viña Doña Dolores Chardonnay, cosecha 2009, y Viña Doña Dolores 4 Regiones, cosecha 2009.

A FUEGO LENTO

México como sede mundial del vino

La realización del Concurso de Bruselas en nuestro país, ideal en la promoción del turismo gastronómico, dice Mister Vino 

“Certámenes como el Concurso Mundial de Bruselas son excelentes escaparates para la producción vinícola y de destilados que se realiza en México. El hecho de que anualmente expertos de todo el mundo, principalmente de países con un importante segmento de consumidores de estas bebidas, asistan a este encuentro, brinda la oportunidad de que más personas se enteren del importante esfuerzo de los productores de México”, advierte Rubén Villegas y Ruiz, “Mister Vino”, sommelier y único catador mexicano oficial en este encuentro mundial.


Conocido institucionalmente como el "Concours Mondial du Bruxelles", inició en Brujas, Bélgica, en 1994, y siendo Bruselas su sede hasta 2006, en que se optó por el sistema de itinerancia de ciudades anfitrionas, con la idea de abrir más horizontes de información y retroalimentación sobre la comunidad vinícola internacional. Este año, el Concurso se realizó en Guimaraes, Portugal; y en 2013 se llevará a cabo en Bratislava, Eslovaquia, reiterando el propósito de abarcar destinos emergentes en el mapa contemporáneo del vino.

“México ha ganado un importante reconocimiento internacional a través de la presencia constante de bodegas como Casa Madero, Monte Xanic y L.A. Cetto. El logro de medallas en este foro constata la aceptación, además del amplísimo interés, traducido en premios, que han provocado los tequilas y los mezcales, que se han impuesto por su calidad en el terreno de los destilados, otro segmento del concurso fundado por Louis Haveux y ahora dirigido por su hijo Baudouin, quien además vivió en México, fungiendo como asesor de la Agencia para la Alimentación y la Agricultura (FAO), organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Incluso uno de sus tres hijos nació en la capital mexicana.

EL EJEMPLO DE CHILE

La proyección que México ha logrado a través de este tipo de eventos, subraya Villegas y Ruiz, es un factor determinante para pensar en mediado plazo en la realización del Concurso en tierras nacionales, como ya ocurre con Chile, quien cuenta con una versión del certamen en el que además de evaluarse los vinos del país y de otras entidades latinoamericanas, se hace un profuso trabajo de promoción de las virtudes enoturísticas de las distintas regiones chilenas, aprovechando el liderazgo de opinión que ejercen los jurados internacionales convocados al evento y su capacidad de divulgar esta información en sus respectivos países.

En el caso específico de Chile, la sexta versión latinoamericana del “Concours Mondial du Bruxelles” se realizará del 8 al 12 de octubre en la extensa región vitivinícola del Bio Bio, específicamente en la ciudad de Concepción, segunda en importancia después de Santiago.


"Se trata del área vitivinícola de Chile ubicada en la zona más al sur. Posee un especial interés debido a los cambios que ha iniciado para la elaboración de vinos de alta calidad y a las nuevas inversiones que se están implementando en esa zona. Junto con el tema del vino, se destacarán aspectos comerciales, turísticos, patrimoniales, culturales y gastronómicos que dan el carácter a esta importante zona", indica Mister Vino.

EL UNIVERSAL
Fotos: Sergio Mendoza

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Jueves 16 de agosto de 2012Rubén Hernández y Alejandra R. Barragán | El Universal08:46

Dos vinos de la D.O Campo de Borja galardonados con sendos Premios Arribe

Zaragoza, 16 ago (EFE).- Dos vinos de la Denominación de Origen Campo de Borja han sido galardonados con sendos Premios Arribe 2012, a los que se han presentado 56 sellos vitivinícolas.

Este concurso internacional, que se celebra entre el 6 y el 8 de agosto en la localidad salmantina de Trabanca, evalúa los mejores vinos de España y Portugal.
 
Un comité de cata formado por enólogos y profesionales de prestigio internacional ha catado los 507 vinos de 56 denominaciones que se han inscrito en el concurso, informan fuentes de la Asociación Vinduero-Vindouro en una nota de prensa.
 
El reglamento de los Premios Arribe establece dos tipos de premios: el Arribe de Oro, un galardón único que se otorga al primer vino de cata categoría con al menos 85 puntos, y el Arribe de Plata, que se otorga a todos los vinos que hayan recibido más de 85 puntos, excepto al primero de cada categoría.
 
En el caso de la D.O. Campo de Borja, el Premio Arribe de Plata ha sido para el vino Fagos, de Bodegas Aragonesas, en la categoría de vinos tintos sin crianza en madera.
 
Esta bodega también ha recibido otro plata por su caldo Garnacha Centenaria de Coto de Hayas, en la categoría de vinos tintos con crianza en madera inferior a 6 meses.
 
Noticias EFE