Las bodegas españolas dieron a degustar al público asistente una variada oferta de gran calidad, formada por más de 200 etiquetas.
Ciudad de México, México.- La VI Muestra de Vinos de España, organizada por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en México, el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) y las Cámaras Oficiales de Comercio e Industria de España, logró reunir a más de 500 profesionales del sector.
El objetivo del evento fue establecer relaciones comerciales por parte de los importadores mexicanos con las 40 nuevas bodegas presentes, quienes aspiran introducir sus etiquetas en el mercado mexicano.
Las bodegas españolas dieron a degustar al público asistente una variada oferta de gran calidad, formada por más de 200 etiquetas y 22 denominaciones de origen, de las 69 que existen actualmente en España.
La Muestra fue inaugurada por Francisco Garzón Morales, Consejero Económico y Comercial de la Embajada de España en México, quien, en primera instancia, agradeció la presencia del Instituto de Comercio Exterior de España (ICEX), así como del Consejo Superior de Cámaras, que hacen posible la celebración de esta muestra por sexto año consecutivo, tras el éxito de ediciones anteriores.
Dentro del programa del evento se incluyeron tres catas ofrecidas por el experto enólogo Jesús Diez quien llevó de la mano a los asistentes para degustar una excelente selección de vinos españoles.
En
este cuadro podemos contemplar el momento en que el cortejo de Baco
llega ante Ariadna. Esta obra representa el momento crucial en que
Dioniso encuentra a Ariadna y se enamoran. El cuadro posee una gran
psicología y un rico cromatismo. El brazo derecho de Baco ocupa el
centro de la composición; a la derecha se agrupa el cortejo de Baco y a
la izquierda los protagonistas de la historia.
El
centro del cuadro lo ocupa el dios Baco que se dirige hacia Ariadna que
está a la izquierda del cuadro, con el cuerpo dirigido hacia el mar,
por donde se ha ido Teseo (a lo lejos se ve el barco), pero que gira la
cabeza hacia el dios que viene a buscarla, haciendo un primer gesto de
desprecio al que más tarde se convertirá en su marido. Detrás de Baco
aparece su cortejo de sátiros y ninfas en desorden, entre los cuales se
ve a un dormido Sileno.
El
sátiro del primer plano, en el que distinguimos los cuernos propios de
estos seres, y que lucha con las serpientes, está inspirado en la
estatua de Laconte, descubierta una década antes.
El
sátiro colocado más a la derecha agita en una mano el tirso, elemento
floral dedicado a Baco, y en la otra una pata del ternero despedazado en
el ritual báquico y cuya cabeza está en primer plano, arrastrada por un
pequeño sátiro que nos mira invitándonos a participar. El viejo gordo
del fondo que, ebrio y dormido, monta un burro es Sileno.
A
su lado, un personaje que acarrea una pesada tinaja de vino. En el
cielo, encima de Ariadna en la parte superior izquierda, la diadema que
Baco lanza a lo alto y que se convierte en la constelación de la Corona.
Baco
aparece en un carro tirado por guepardos que intercambian su mirada,
como correlato a la que se dirigen entre sí los amantes. Le acompañan
las ménades y sátiros que tocan instrumentos musicales: platillos,
panderetas y un cuerno.
En
la zona de la derecha encontramos a Laconte con las serpientes rodeando
su cuerpo. Las figuras están integradas a la perfección en el paisaje,
siguiendo el estilo de Giorgione, mientras que en la sensación de fuerza
y tensión se manifiesta cierta cercanía a la obra de Miguel Ángel. Sin
embargo, el color y la luz serán una importante aportación de Tiziano,
creando una acertada sensación de movimiento y alegría que provoca la
integración del espectador en la escena.
Las
tonalidades brillantes, las calidades de las telas, el detallismo en
algunas zonas serán elementos que identifican el estilo tizianesco de
estos años iniciales de la década de 1520. Este cuadro es vigoroso y
luminoso. Tiene unos azules sorprendentes, a los que las copias
digitales no suelen hacer justicia y expresa como ninguno la capacidad
del autor de congelar instantes en una tela.
Baco
y Ariadna es un lienzo al óleo pintado alrededor de 1520-23. Es una de
un ciclo de pinturas de temas mitológicos producidos para Alfonso I de
Este, el Duque de Ferrara, con quien Tiziano tenía una estrecha
relación, para la Cámara de Alabastro del Castillo de Ferrara. En el
caso de Baco y Ariadna, el tema deriva de los poetas romanos Catulo y
Ovidio.
El
duque había involucrado también en su proyecto a Bellini, Rafael y fray
Bartolomeo, siguiendo el famoso “Studiolo” de Isabella d´Este en
Mantua. Durante cuatro años Tiziano realizó tres cuadros mitológicos: la
Ofrenda a Venus, la Bacanal y el Baco y Ariadna. La cámara sería
destruida a finales del siglo.
La pintura, considerada una de las obras maestras de Tiziano, se encuentra actualmente en la National Gallery de Londres.
Baco y Ariadna, mitología griega
Ariadna
era hija del rey Minos y de Pasífae. Cuando el héroe ateniense Teseo
llegó a Creta dispuesto a matar al Minotauro, Ariadna lo vio y se
enamoró de él. La joven le había dado un ovillo que el héroe fue
soltando al entrar al laberinto donde se encontraba el monstruo. Después
de cumplido su objetivo el hilo le indicó el camino de regreso, con
cuya ayuda consiguió escapar del laberinto donde estaba encerrada la
bestia. El héroe y la joven huyeron de Creta pero Teseo abandonó a
Ariadna en el litoral de la isla de Naxos. Ariadna simboliza el alma, la
inspiración, la salvación que llega en el momento de mayor adversidad,
su amado le prometió matrimonio, pero al llegar a la ínsula esperó a que
se durmiera y ahí la dejó para siempre.
La
hermosa princesa cretense buscaba a Teseo con ansiosos y ávidos ojos,
escrutando las rocas, recorriendo las blancas arenas. La diosa del amor,
Afrodita, se compadeció de ella, y prometió en el Olimpo, ante el resto
de dioses, que la princesa terminaría esposada con un Dios.
Cuando ella descubrió que había sido abandonada rompió a llorar; Baco escucho sus lamentos por azar, apiadándose de la joven.
Baco,
acudió a su encuentro; el dios quedó fascinado por la belleza de
Ariadna, quiso protegerla al verla en ese estado, hacerla feliz, y
amarla. La cortejó con tales propósitos, le regaló una corona de 7
estrellas; se enamoró y la hizo su esposa. Pero Ariadna se consumía
lentamente en una silenciosa melancolía. Indiferente a todo, empezó a
debilitarse al poco tiempo del enlace; enfermó y finalmente murió. Baco
se convirtió en la sombra de sí mismo. Dejó de ser el dios de la alegría
y la fiesta: todo en él se desgarraba por la ausencia de Ariadna. Roto
en mil pedazos, lanzó su corona estrellada al aire, y en el Cielo se
formó la constelación de La Corona Boreal.
Zeus
no soportaba el dolor de su hijo, y rescató a su amada de entre los
muertos, y tras devolverle el aliento de la vida, le concedió asimismo
el don de la inmortalidad. Ariadna se entregó a los brazos de su
enamorado Baco y juntos traspasaron las fronteras del amor y de la más
incandescente pasión, enlazados ya por siempre.
A partir de este fin de semana, el nuevo ferrocarril de José Cuervo llevará a los viajeros hasta ese Pueblo Mágico, a bordo de sus exclusivos vagones
GUADALAJARA, 5 de febrero.- La cita para recorrer una parte de la Ruta del Tequila a bordo del nuevo tren de José Cuervo, es en el hotel Camino Real de Guadalajara a las 18:00 horas, pues la experiencia será nocturna. Afuera un autobús rotulado con la marca de la tequilera ya espera para trasladarnos hasta la estación de ferrocarriles de la Perla Tapatía.
Ya en la estación, el tren de José Cuervo se mira elegante con su color negro, letras y adornos dorados, como si de un distinguido carruaje se tratara.
Tiene una capacidad total para 395 viajeros distribuidos en siete exclusivos vagones, cuatro para pasajeros con 62 asientos cada uno y tres de servicio, donde se aloja el bar, el comedor y el llamado club bar.
Al interior, aún se puede percibir el olor a nuevo de los asientos y su diseño selecto en acabados de madera, junto con las pantallas de plasma colocadas en algunos de los vagones, donde se muestran imágenes de Tequila, la destilería de La Rojeña y el paisaje agavero, que hace perfecta armonía con la música ambiente de mariachi, dejan de manifiesto que la vivencia será de primera clase, de todo a todo.
La salida desde Guadalajara hacia Tequila está programada a las 19:30 horas, y si bien ese municipio está ubicado a cerca de 45 minutos de la capital de Jalisco, a bordo del tren el trayecto dura alrededor de dos horas.
El silbido del tren anuncia ya la partida. Con un andar lento, mientras va tomando fuerza el motor, nos acomodamos en nuestros asientos dispuestos a disfrutar del paisaje y el sabor de la bebida nacional por excelencia.
La primera hora, en la que el tren recorre los municipios de Arenal y Amatitán, son ideales para disfrutar del tequila en todas sus presentaciones, desde el clásico “derecho”, hasta cocteles como la paloma y la margarita. Para acompañar, unos bocadillos creados especialmente para el José Cuervo Express, como un pequeño trozo de pepino que sirve como recipiente para una ensalada con diminutos camarones, delicioso al paladar.
Afuera se observan pequeños riachuelos y unos débiles rayos de Sol que escapan entre las montañas iluminan de naranja el cielo.
Paisaje pintado de azul
Luego, cuando el tren ingresa a Tequila, es momento de dejar a un lado la plática y fijar la vista hacia el famoso paisaje agavero, el mismo del que se habla en todo el trayecto.
Si bien los enormes ventanales permiten una panorámica sin problemas, una opción casi irresistible para los viajeros es dirigirse hacia los pasillos que conectan los vagones para disfrutar del aire y admirar el espectáculo natural hacia todas las direcciones posibles donde las infinitas hileras de agave azul pinta con sus pencas cada tramo. Es el momento preciso para capturar imágenes de esa región a la que la UNESCO declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad el 12 de julio de 2006.
En Tequila, los pobladores aguardan a unos pasos de la vía para recibir a los visitantes y en la estación los mariachis cantan para regocijo de los presentes, mientras los jimadores dan una muestra de su labor.
La última y nos vamos
Lo que sigue es abordar nuevamente un autobús que nos llevará hasta la destilería La Rojeña de José Cuervo, la más antigua de América Latina, donde el peculiar olor de la piña de agave cocida guía a los visitantes hasta la entrada del lugar, donde los muros de brillantes colores contrastan con la noche.
Ahí, un espectáculo con música y bailes típicos cuentan la historia de la destilería y la importancia del tequila a lo largo de la historia de los mexicanos.
Posteriormente, es hora de conocer el proceso de producción y elaboración de su tequila en un recorrido por la destilería, desde los hornos de cocción, pasando por la fermentación, los alambiques de destilación y el área de barricas para el añejamiento de la bebida.
Al final, se hace una visita a la cava de Reserva de la Familia y una cata profesional en una de las áreas de reciente remodelación, para luego ingresar a la tienda de souvenirs, donde puede adquirir una botella de exclusivo diseño, como la de Diego Rivera o Frida Kalo.
El paseo termina con una velada en la hacienda de José Cuervo, con música en vivo, baile y la luna en lo alto. Cerca de la media noche es hora de partir nuevamente al tren que nos llevará hasta la capital de Jalisco.
Ahora el ferrocarril aprieta el paso y los pasajeros lo disminuyen, pues luego de la aventura, el vaivén del vagón arrulla sus sueños y la posición para el descanso ya no importa, incluso con el aire acondicionado del que Ana, una de las viajeras, se quejó, no influyó en que los invitados durmieran sin problema.
Alrededor de la 1:00 de la madrugada el silbido del tren anuncia el fin de esta travesía.